Siento como mis lagrimas salen poco a poco pero las limpió, tengo que dejar de torturarme. Se que me llamaras otra vez. No importa que hayan pasado cinco meses, lo haras. Salgo a fumar, las personas alejan a sus hijos de mi y me miran feo pero no me interesa, soy yo, mi cuerpo, mis decisiones. Observo como el humo del cigarrillo empieza a esfumarce al igual que mis ganas de vivir.
Camino por el parque mientras me fumó mi tercer cigarro. Al cabo de un rato se acaba y me decido a ir por el cuarto del día.
-Oye, ¿Sabias que eso es malo?-Miro hacia tras y observó a una señora-No lo hagas, mi esposo muero a causa de eso.
Le sonrio y sigo caminando ignorando completamente su comentario, si esa pobre señora supiera que lo único que quiero en estos momentos es morir.
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Notas para papá
Historia CortaSe que nunca leerás esto pero solo así puedo desahogarme.