Capítulo 9

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*Selena POV*

       Caminaba, caminaba y caminaba por un sendero que parecía no tener final pero tenía una sensación inquietante en mi pecho que me lo oprimía y no entendía lo que estaba sucediendo y por qué, solo entendía que debía seguir avanzando por alguna razón aún desconocida, por lo que decidí aumentar el paso y comenzar a trotar, pasando después a correr hasta que bajo mis pies sentí agua salpicar, miré hacia abajo, dándome cuenta de que no tenía zapatos puestos, arrugando el entrecejo continué mi camino, yo recordaba haber sentido mi calzado hace unos momentos.

       Quizá había sido mi mente jugándome algún tipo de broma, sin prestarle mucha atención a ese hecho, proseguí por la penumbrosa senda y volteé a los alrededores, el paisaje ahora había cambiado, habían muchos árboles sin hojas en sus ramas, estábamos en una tarde de invierno al parecer y digo "estábamos" puesto que podía observar una silueta a lo lejos no definida del todo, vestía con ropas negras pero no parecía reparar en mí, vi abajo de vuelta, reflejándome en el cuerpo de agua que se había hecho camino en mi visión junto al cambio de paisaje, tal vez era un lago, no lo sabía con exactitud, me miré a mí misma en el reflejo, contaba con un vestido floral un poco desgastado, era como el que mamá me había dejado en sus cosas, sonreí nostálgica acariciando la tela de la prenda, luego eché un vistazo a mi cara, tenía profundos círculos bajo los ojos, parecía otra persona.

       Mi mirada ahora cayó en la silueta antes mencionada, esta había volteado por fin a verme, me acerqué a ella, la reconocía, Estefanía se hallaba de pie frente a mí, poseía sus botas militares negras junto a su pantalón negro y una chaqueta de cuero también negra abrochada hasta arriba, observé su rostro, me encontré con una expresión sombría no era la que solía utilizar conmigo, retrocedí un pasó algo asustada por el cambió un poco repentino a lo que acostumbraba, su comisura derecha se elevó en una cáustica mueca que más que agradable parecía forzada.

       —Estefi, ¿pasa algo?

       Me escaneó con su mirada de arriba abajo por cortos segundos.

       —Sí, sí pasa, hubiera sido mejor si seguías en esa celda, fue un error haberte buscado...

       —¿Oyes lo que estás diciéndome? Te recuerdo que seguimos siendo hermanas, que me prometiste que estaríamos juntas.

       La interrumpí sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas viendo como su rostro cambiaba a uno de rabia y se aproximaba un par de pasos hacia mí, mismos que retrocedí sintiendo mi espalda chocar contra una pared que hace unos minutos no existía, fruncí el ceño, aun así era evidente que mis lágrimas no tardarían en darse rienda suelta por mis pómulos como si tuvieran vida propia. De repente, sacó del bolsillo de su chaqueta un cuchillo con hoja redondeada, mejor conocido como "Talon", abrí grandes mis ojos y traté de escapar, me fue imposible, me tenía acorralada.

       Entraste a mi vida de imprevisto y así mismo saldrás de ella —fue como si murmurara algo para ella, algo que escuché pero ella no hizo ningún esfuerzo por no hacerse escuchar.

       Lo último que supe fue que sentí un dolor punzante debajo del estómago, me llevé una mano temblorosa a la zona, tenía los dedos llenos de un líquido rojo y algo espeso que conocía bien.

       Era sangre.

       Mi sangre.

       Me había apuñalado. Estefanía me había apuñalado.

       —Estefi, no hagas esto... Soy tu hermana.

       —Ya no más la frialdad en su tono se podía palpar.

Lealtad por SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora