Demasiadas ilusiones

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-La chica se giró a verle la cara- Me llamo __ y tú?

Me llamo Link -la miraba fijamente, no tenía aspecto ni intenciones de hacer daño, aunque tampoco entendió porqué no atacó en serio- Oye, ¿porqué no atacaste en serio?

Bu-bueno, me entró miedo, quería ver a alguien de verdad y matarte no hubiera estado bien

¿Alguien de verdad? -el mayor no llegó a comprender mucho a lo que se refería- ¿Que edad tienes?

Si...ten-tengo 220 años -bajó la mirada apenada, nunca le gustó estar allí-

QUÉ? -se sobresaltó lo que provocó que ella se cayese del caballo-

...-el hadita no respondía solo se movía de un lado para otro alrededor de Link-

Si tengo 2 siglos de edad -se levantó del suelo mirándole-

Link, no te fies de ella, deberíamos  llevarla a la ciudadela, por si acaso, puede llegar a ser peligrosa-revoloteaba nerviosa-

Tienes razón Navi, pero está anocheciendo y todavía seguimos lejos de la ciudadela, pasaremos la noche en casa y mañana la llevaremos, pero tendrás que vigilarla -se bajó de la yegua- sigamos

¿¡PORQUÉ YO!?-voló poniéndose delante del rubio- No no no y mil veces no, es tu culpa y te toca a ti -se pudo roja del enfado-

-se encogió de hombros ignorándola, siguiendo su camino- No te pierdas

Va-vale -ella le seguía de cerca intentando no tropezarse con nada, no está acostumbrada a ser sólida de nuevo-

Los 4 llegaron a una cabaña de madera bastante linda, y bien construida, Link, entró primero dejando a Epona tranquila alrededor de la cabaña, soltó el escudo y la espada en la mesa, viendo que había una carta con un sello familiar, la cogió para leerla:

Para Link:

Preferí decírtelo por carta, sería más fácil así. Link, no quiero, no me gustas y tampoco siento nada por ti, me salvaste, como cualquier caballero. Tampoco quiero verte por el castillo a menos que sea algo que ponga al reino en peligro.

Firmado, La Princesa Zelda~

-El rubio se derrumbó, las lágrimas empezaron a brotar sin cesar, se podía escuchar su llanto, le había roto el corazón, de la peor manera posible. No podía parar de llorar sentado en el suelo con las manos en la cara-

__, no debes entrar en nuestra casa, te quedarás fuera con Epona -el hada se molestaba por nada-

¿Eh? -empezó a escuchar el llanto que provenía de la casa y fue a ver que había pasado, entró despacio en la cabaña y se encontró al chico llorando sin consuelo. Se acercó agachándose delante de él en silencio, no sabía porqué lloraba pero si que no estaba bien- ¿Li-Link?

S-si -se limpió las lágrimas rápidamente e intentó no llorar, pero no lo consiguió, las lágrimas siguieron cayendo por sus mejillas-

-Le limpió las lagrimas y le cogió suavemente las mejillas intentando hacer que sonriera pero no podía obligarle a que lo hiciera-

¡Link! -Navi entró acelerada supuso que fui a verle- ¿Que ha pasado? -revoloteaba nerviosa y se fijó en la carta, parándose a leerla- ¡Esa no te merece!-gritó enojada-

-Él solo se lamentaba de haber caído tan bajo, enamorándose de una persona tan arrogante y se aferró a lo que tenía delante, que era __. Ella no articulaba palabra, solo dejaba que se desahogara para que pudiera calmarse, mientras Navi arrugó la carta y la tiró al fuego que raramente estaba encendido-

Flashback

Venga Link, tu puedes decírselo -gritaba dándole ánimos- 

-Asintió seguro- Si se lo diré -caminó hasta palacio decidido a decírselo acompañado de su mejor amiga la bolita de luz. Buscó a su princesa y la encontró hablando con otras chicas, y esta volteó a verle-

Link, ¿que haces aquí? -preguntó seca y disgustada-

Bu-bueno, y-yo qu-quería decirte, qu-qu-qu

¡¿Qué?!-interrumpió impaciente-

Que me gustas -las orejas del rubio se tiñieron de rojo-

-La princesa rió junto a sus acompañantes- Vale, ya te responderé -se fue cuchicheando entre ellas- Que pena, que yo no, Link~-esto lo dijo para sus amigas ya que no quería que empezase a llorar cual perrito faldero para que le diera pena-

Fin

-Al cabo de un rato, no lloraba, porque no podía después de llorar tanto, solo se escuchaba su llanto y la respiración entre cortada-

Tranquilo -ella le devolvió el abrazo para que se calmase un poco-

-el hadita se quedó congelada, no supo reaccionar al ver que poco a poco se iba calmando, fueron demasiadas emociones perdidas en una noche y una maldita carta-

S-si -se deshizo del abrazo y se levantó, apenado se encerró en su habitación y se echó en la cama-

O-oye __, ¿verdad? -preguntó acercándose a ella-

Si, así me llamo 

No digas nada de lo que ha pasado, él está destrozado, y no quiero que corran rumores -se notaba que se preocupaba por él-

No diré nada -aunque tampoco es que pudiera, no conocía a nadie a parte de a ellos dos-

-la luz suspiró- Supongo que te quedarás aquí esta noche -cambió su forma a una más grande aunque solo lograba llegarle a las rodillas a la chica. Sacó una manta y la puso en un sillón- Aquí estará cómoda, yo estaré en el cojín, si pasa algo avísame -se fue volando volviendo a su tamaño natural, posándose en el cojín-

Vale -la chica se extrañó por todo lo que había pasado, ¿como alguien puede ser así? Se tumbó tapándose con la manta haciéndose bolita, la verdad es que el sillón era bastante incómodo pero bueno, no pasaba nada-

-Mientras Link estaba tumbado en su cama mirando al techo pensativo, no podía dejar pensar, en que si llevaba a __ a la ciudadela, tendría que ver a Zelda y a su irritante coro, también para colmo hablar con ella. Se dió la vuelta quedando de espaldas a todo y cerrando lo ojos, tanto pensar solo le llevó a una conclusión, no iba a llevar a la chica a la ciudadela y menos después de todo. Si ella es peligrosa lo averiguará el solo-

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