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"Aveces pareciera que no tengo sentimientos, pero... ojalá fuera cierto."

Aquella frase escuchada tantas veces o leída en páginas de internet, ahora era parte de la pared de su habitación, nunca antes se había sentido tan débil, tan idiota tan... ¿Enamorado? ¿Esa era la palabra que debía usar? Después de tantas mujeres pasar por su cama, de tantos corazones rotos, de tanta masculinidad repartida por el mundo, después de ver a tantas mujeres llorar a sus pies por un poco de cariño, por primera y única vez JiHo se sentía débil.
No por el hecho de enamorarse, sino, que después de tanto tiempo haberse estado burlando de los homosexuales terminó nada más ni nada menos enamorandose de su mejor amigo, Park Kyung, lo peor de todo fue cuando se enteró, que en aproximadamente 7 días, el se iría de viaje a Estados Unidos, donde podría cumplir su sueño de competir en las olimpiadas, ya que se le había dado el dato, y tendría que quedarse por un buen tiempo.
JiHo se sentía ansioso, no quería perderlo, pero el no podía abandonar Corea toda una carrera como rapero en los mejores escenarios de Seúl, ni tampoco ser tan egoísta de pedirle que se quede, tenía que decírselo y así Kyung podría tomar la decisión que le parezca mejor, aunque quizás eso implique que sus sentimientos sean destrozados en mil pedazos, como la gente cursi suele llamarle, corazón partido.

Estaba decidido, hoy sería el gran día, hoy acabaría el tormento de tener que verlo a la cara como si nada pasará, como si aquel sentimiento que intentaba ocultar no existiese, no aguantaba más, desde que ese sentimiento apareció, el no podía tener una vida tranquila. Tomó el teléfono celular y marco el número de su amigo, esperando después de dos sonadas ser atendido.

-Hola... ¿JiHo?- Se escuchó del otro lado, y una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
-Kyung... ¿Crees que podamos vernos hoy?
-Claro... Se te escucha raro ¿Te encuentras bien?
-Este... Hablaremos de esto después...- Dijo algo tímido, demasiado raro en el.
-Esta bien, a las cuatro ¿Te parece?
-M... Me parece bien.- JiHo miro hacia el reloj que marcaban las dos y media pasada
-Entonces nos vemos luego...

Cortó la llamada, estaba demasiado nervioso como para quedarse hablando por teléfono, además de que Kyung era poseedor de una hermosa voz para sus oídos, no comprendía desde cuando había comenzado a sentir ese sentimiento hacia su mejor amigo, pero ¿Que pensarían sus amantes? ¿Y el resto de sus amigos? ¿A donde se había ido el macho Woo JiHo? ¿Por que había dejado a ese marica homosexual en su lugar? JiHo se preparó el baño, una ducha quizás lo ayude a relajarse, pero cada vez que el agua caliente tocaba su cuerpo, más pensaba en Kyung ¿No debería masturbarse pensando en mujeres? "Maldición, maldito Park Kyung" pensó para sus adentros con la intención inútil de sacarlo de su cabeza.
Después del baño decidió que ropa ponerse, optó por algo cómodo, una camisa color azul acompañado de unos pantalones negros y unos zapatos también negros.
-Ya no hay vuelta atrás, si eres tan macho iras y se lo dirás, si te acobardas sales corriendo.- Se dijo entre risas frente a aquel espejo, mientras peinaba su cabellera.
-Bien, practicare...- Dijo soltando un pesado suspiro -Park Kyung, verás... No, no es lo adecuado... Kyung, estoy...- Rasco su nuca pensativo. -Hace días... Tu me gustas... No, así tampoco...- otro suspiro se escapó de sus labios y bajo la mirada. -Kyung, hace mucho nos conocemos, y creo que... Tu me gustas... Si se lo digo rápido quizás funcione.- Volvió a mirar su reflejo en el espejo y se autodedico una sonrisa.
El timbre de la entrada sonó instantáneamente, JiHo miro el reloj y este marcaba pasada las tres, no podía ser Kyung, el dijo a las cuatro y el siempre era tan puntual, JiHo suspiro nervioso dirigiéndose a la puerta abriéndola.
-Jae... Hola ¿Que te trae por aquí?- Dijo soltando un suspiro de alivio, jaehyo era uno de sus amigos mas cercanos.
-JiHo, vamos a jugar fútbol.- Dijo mientras le dedicaba una amistosa sonrisa después visualizandolo de arriba a bajo -¿Por que en casa con tanta elegancia?
-Eh... Lo siento Jaehyo, tengo una cita, no podré ir a jugar con ustedes hoy.- JiHo río ante la atención de su amigo, el otro le guiño un ojo sonriendo divertido.
-Luego me cuentas de donde sacas tantas chicas, deberías dejarme alguna.- JiHo río más nervioso, no era precisamente con una chica su cita. -Esta bien, te dejó entonces, no arruinare tu cita- Continuo diciendo Jaehyo y se retiró, JiHo cerró la puerta quedándose un momento de pie ¿Que fue eso? Al menos sus amigos aún seguían creyendo en que el sería por siempre el galán del grupo, pero la verdad era que ahora no podía estar con una chica sin pensar en Kyung, por eso deseaba librarse de aquel sentimiento lo mas antes posible.

La hora había llegado, el reloj marcaba las cuatro y punto, había recorrido su casa unas ciento de veces por los nervios, y se bebió más de cinco litros de agua, mientras esperaba a que el timbre sonará, pero en vez de la puerta su celular fue lo que sonó en un mensaje, lo agarró casi temblando y lo desbloqueo para ver el contenido del mensaje.

*JiHo ¿Por que no me avisaste que tendrías una cita? Si estuve hablando con Jaehyo, iré a jugar al fútbol con los chicos, no voy a arruinar tu cita, que te diviertas amigo, mañana si me cuentas que te sucede.*

Dejó caer su cuerpo al sillón perdiendo un momento su mirada a la nada, después de todo, no estaba preparado para confesar su amor, y mucho menos a un hombre.

7 DÍAS PARA DECIRLODonde viven las historias. Descúbrelo ahora