Capítulo 8

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ADÁN

Estaba en el parque central esperando a Esteban, mi corazón ya estaba comenzando a latir a mil por el paso que voy a dar junto a él. Lo único que espero es que no me rechaze porque esto que siento es más grande que yo Y quiero un beso suyo, quiero sentirlo, lo quiero para mi. Estaba pesando en la platica que tuve con Adriana en el café;

Recuerdo........

¿Cuando piensas decirle? —Pregunta Adriana con su vaso de batido en la mano.

¿Que cosa? ¿Y a quien? —Pregunté yo.

No te hagas Adán, sabes muy bien que hablo de Esteban. ¿Cuando le vas a decir que te gusta?

Pues, tengo que pensarlo antes.

¿Como así?

Osea, con respecto a mis sentimientos. Que pasaría si, lo que siento Ahora mismo por Esteban sólo es una atracción que con el tiempo, puede pasar y ya. Lo que menos quisiera es hacerle daño a el, más ahora que se está levantando ante el sufrimiento que pasa con su padre.

Tienes razon en eso, pero la atracción es mental. Tiene que abrir tu corazón y el te dirá lo que sientes por Esteban.

¿Eso se puede hacer?

Claro tonto, es la única manera de saber sobre los sentimientos que una persona siente hacia otra. ¡Sólo inténtalo!

Fin del recuerdo........

Adriana me está enseñando muchas cosas que no conocía acerca del amor, y yo que sólo pensaba que era algo cursi como Decir "tu me gustas y ya" el amor tiene que demostrarse con hechos, con valores, con firmeza en fin.

—¡Adán! —Esteban me interrumpió detrás mío.

—¡Esteban! Pensé que no vendrías. —dije alegre de verlo.

—Bueno, tuve una dificultad en el camino. Por eso me tardé.

—Ok, ¿Caminamos?

El solo asintió.........

—¿Como te está hiendo con tu papá?

—Pues, Gracias a tus técnicas ya me estoy sabiendo defender.

—Me alegra mucho, de verdad no me gusta como ellos te trataban.

—Gracias Adán, la verdad es que nadie como tú a sido tan lindo conmigo.

—Es que yo te. —Hice una pausa.

—¿Tu que Adán?

—Nada olvídalo. No tiene importancia. —Dije.

—Esta bien, como digas. ¡Adán! ¿Que es lo que quieres decirme?

Me quede callado un momento y me puse a pensar de si decirle o no que me gusta.

—¡Esteban! —Dije. Quiero decirte algo, pero no se por donde empezar.

—¿Que cosa? —Preguntó el.

—Quiero decirte lo que me pasó en pasto. Creo que te debo esa plática.

—Ahh, es eso. —Dijo con un desánimo.

—¿No quieres que te cuente?

—Si, si. Me gustaria saber que fue lo que te pasó, para que tomarás la decisión de venir a Cali.

Buscamos un buen lugar para sentarnos y estar lo más cómodo posible.

—¿Por donde quieres que empiece? —Pregunte.

Adán y Esteban [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora