Nunca imaginé que estar en un autobús por más de 7 horas de viaje sería muy agotador, lo bueno es que ya llegué a Cali, pero sin saber a dónde voy. Es difícil cuando tienes comenzar de nuevo y no saber cómo hacerlo, así que lo primero que hice fue tratar de preguntar dónde rentaban pisos y pequeñas habitaciones, así que sin perder el tiempo le pregunté a una de las cajeras de la boletería de la terminal;
— ¡Buenos días señorita! —dije muy amablemente.
— ¡Buenos días joven! —contesta la dulce vendedora de boletos de ojos negros y pelo castaño. — ¿Boleto?
—Este no, estoy recién llegando a la ciudad. —dije mirando a los lados. —Lo que pasa es que necesito saber dónde rentan pisos a precios baratos. ¿Conoce usted de algunos?
— ¿Me da un momento? es que no puedo decirle en mi puesto de trabajo. —Se está disculpando y me pedía que le dejara atender cliente.
Yo asentí y me alejé para ponerme en una esquina. Me hubiera gustado ir con alguien más pero con esa chica ya comencé una plática y bueno si ella sabe algo pos que me termine de decir. Pasaron 15 minutos y aun seguía sentado esperando en la terminar haber que me dirá la cajera bonita, más al rato veo que sale de su puesto y cerca para sentarse junto y dice;
—Discúlpame corazón. —me decía ella apenada y sentó al lado mío. —Pasa que no podía pararme a charlar en mi hora de trabajo y el gerente de esta terminal es muy estrictos. —termino de decir.
—No te preocupes, la verdad es que en esta ciudad no espero a nadie. Ni tampoco me esperan a mí, sólo quiero comenzar una nueva vida. —Dije.
—Entiendo, bueno te puedo ayudar con lo del piso. En el centro de la ciudad hay un edificio de apartamentos, que lo usan para rentar pisos. Yo vivo en esa zona, así que ¿Te parece si me espera que termine mi turno y te llevo hasta donde es? ¿Qué dices?
— ¡Suena genial! me haría bien. Ya que no conozco a nadie en esta ciudad, y me va a costar un poco adaptarme. —dije mirando hacia arriba.
—No te preocupes, que yo seré esa primera persona que te ayudará familiarizar con la ciudad. —dijo ella con un tono de voz de muy entusiasmo. —Ahh por cierto, me llamó Adriana y ¿tu?
—Un placer Adriana. —dije estrechándole mi mano. —me llamó Adán. Adán Pérez.
—El placer es mío Adán, wau tu nombre va con tu estilo y personalidad. —dijo mirándome de pies a cabeza.
—<Sonreí> Estilo sí, pero personalidad no creo. —dije y me eche a reír.
El tiempo pasó tan rápido aquella mañana, que no me di cuenta que eran las 3:00 pm y no había encontrado si quiera ese piso para rentar. Adriana termina su labor de hoy y me dice que la acompañe para ir al piso y hablar con el dueño. No dudamos muchos para llegar a ese sitio, ya que era muy cercano. Y pude apreciar lo hermosa que Santiago de Cali, la verdad es que escogí bien donde vivir, luego de que llegamos al sitio, que por primera vez en mi vida, había visto un lugar semejante a este. Era un edificio tipo hotel, parecía un hotel a decir verdad, pero en vez de pagar por ahora una habitación se paga mensual y a un precio bastante bajo. Gracias a Dios que logre ahorrar lo suficiente como para pagar 3 meses de renta, pero ya era cuestión de ponerme a buscar trabajo. Bueno Adriana me acerco con el dueño del edificio que estaba en su oficina en la primera baja, y era exactamente como lo había imaginado, era gordo, piel mestiza, medio calvo y tenía un panzón de madre, además que es de mediana estatura. Nos acercamos a él y Adriana dijo;
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Adán y Esteban [Editando]
Ficção AdolescenteAdán un chico que tras salir de un pueblo muy homofóbico, decide irse a una ciudad que sea lo más lejos posible para iniciar una nueva sin las personas que lo veían como un anormal y aberración luego conoce a Esteban en circunstancias muy similares...