Capítulo 35: Es hora...

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No pasaron muchos días para uno tan esperado, había sucedido varias cosas en esos días; por ejemplo, Feliciano había mencionado a Lovino que esperaba un hijo de Ludwing, Gilbert había pedido la mano de Roderich en matrimonia (lo cual a Elizabeth le desagradaba un poco la idea... solo un poco). Matthew había aceptado quedarse con Francis por una temporada, y bueno otras más cosas... como que Antonio se había salido de la escuela para dedicarse al trabajo en donde estaba su pareja, y Lovino por obras condiciones no podrían ir y tal vez no regresaría. Pero, ese día... aquel día era un poco extraño en cierta manera.

Lovino yacía recostado en su cama y a su lado estaba su hermano menor hablando de como sería su futuro sobrino y de igual manera Lovino trataba de inculcar a Feliciano a cómo cuidar a su bebe, Antonio estaba en la casa de la mafia y Ludwing... bueno él estaba haciendo de comer para los hermanos Vargas; lo cual Lovino no rechazaba la idea, después de todo era comida gratis y con menor esfuerzo. Sobándose su vientre con sumo cuidado, sintió como una leve punzada se hacía presente; sin embargo, no le presto la importancia necesaria por lo que siguió sobando con demasiada delicadeza el vientre.

Pasadas las horas, aquel dolor perduraba y comenzaba a temer por la vida de su pequeño aun no neonato; a lo que este sin lugar a dudas le tomo del brazo a su hermano, haciendo que este se girara. Le menciono que desde hacía ya unas horas había sentido malestar, y el menor con duda solamente le pidió que descansara y que le preguntaría a Ludwing acerca de lo que estaba pasando a su hermano. Pero antes de que este pudiera cruzar la puerta, escucho un alarido del menor; volteándose se encontró a su hermano en posición fetal tomándose el vientre con fuerza, pensando en el peor de los casos.

Y eso es obvio, son hombres y por lo regular no experimentan esta clase de dolor. Pero ese no era el caso, Lovino prácticamente estaba en medio de la cama tomándose el vientre con fuerza; pidiéndole a su hermano que regresara o llamara a Ludwing o a la ambulancia o que hiciera algo de provecho. A lo que el menor de los italianos regreso y tomo de su mano mientras susurraba palabras para calmarle. Ludwing al poco rato de escuchar el grito subió con rapidez y miro la posición en la que estaba el mayor de los italianos; sin un minuto más tomo al italiano y comenzó a bajar con este esperando que el menor le siguiera.

El alemán, le pidió al menor de ellos que fuera atrás con su hermano para que le tranquilizara y que de igual manera fuera llamando al ya actual esposo de Lovino. Exacto esposo, ¿Que esperaban que durara una eternidad soltero? Hay que ir directo, y pues Antonio no aguanto ni un momento más sin el por lo que se casaron y así fue como empezó a laborar en la mafia rápidamente. ¡DEMONIOS! Me voy del tema central, regresando al caso de Lovino; Feliciano asintió varias veces tomando el teléfono y marcando al español. A los pocos minutos contesto, y el español tan calmado y tan apacible contesto... claro como a Lovino no le duele, ¿verdad?

Y por cuarta vez, regresando al tema. Los tres ya se encontraban en el hospital, y uno de estos estaba prácticamente al borde de matar a alguien si no llegaba su esposo. Mientras tanto, el español iba rápidamente con algunos de los integrantes de la mafia; para ver al nuevo heredero de la mafia. A los pocos minutos, Antonio arribo al hospital topándose con el menor de los italianos y el alemán en un manojo de nervios. Ya que prácticamente Lovino llevaba como 5 o 6 horas de labor y no habían sabido, a lo que él bebe en un intento por salir empezó a aplicar más presión en el vientre del menor. Antonio, estaba que se moría de los nervios y vaya que lo estaba; no le habían dejado pasar por la situación tan delicada y porque había llegado unos 15 o 20 minutos tarde, lo que desmotivaba al mayor... se perdería el nacimiento de su bebe y Lovino le mataría.

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Después de unas horas, el medico salió buscando al padre o más bien el acompañante de Lovino. A lo que el español se levantó y se acercó a este preguntando por la condición de ambos, el medico simplemente sonrió y menciono que al parecer ya era tiempo de una visita por parte del nuevo padre. Y así como lo dijo, Antonio prácticamente salió saltando e ir al cuarto de su amada pareja. Toco tres veces el cuarto, escuchando un pequeño murmullo por parte de su amado italiano; topándose con una de las más tiernas imágenes.

-Lovi...

-T-tardaste mucho –le miro un tanto cansado mientras alzaba una de sus manos- Aiden quiere verte.

-Pensé que le pondríamos Camilo –se acercó tomando su mano- Aunque Aiden le queda perfecto a esta pequeña monada.

Piel aperlada, cabello café claro, y en su cara casi todas las facciones del italiano. Sintió el español de sobremanera al ver como el pequeño se acomodaba por la incomodidad de la luz. En sonrisa acomodo la suave manta cubriendo la mayor parte de la luz en su carita; Lovino volvió a mirar a su pareja y se dispuso a darle un suave beso en la mejilla.

-Gracias...

-No es gracias a mi Lovi, todo es por ti –beso sus labios con ternura mientras tomaba su mejilla- Es tan lindo, se parece a ti.

-También a ti, pero eso no importa ahora. –Volvió a besarle delicadamente- ¿Crees poderlo cuidar unas horas? Estoy algo cansado

-Por supuesto, -sonrió tomando al más pequeño- descansa amor mío.

Así como termino de decir aquella frase, Lovino cayó dormido aferrándose prácticamente a la almohada. Mientras que Antonio, bueno... él se encargaba de arrullar al menor con una canción lenta y con algunas palabras a veces; el menor no tardo ni dos minutos en volver a dormir. El español viendo a sus dos amores, esbozo una suave sonrisa dando gracias a Dios por todo lo que le estaba dando y lo que aún faltaba por delante.


Lazos de altamar (Spamano) #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora