Now You See Me ● J. Daniel Atlas

2. The Kings

Me senté en una banca alejada del parque a revisar todas las carteras que había conseguido. Algunos criticaran mi estilo de vida. Engañar gente con unos con unos cuantos trucos y robarles después. Pero no tengo otra alternativa.
Cuando acabe de revisar las carteras camine por la banqueta hasta que sentí una pesada mirada sobre mi.

Llegue a la esquina y escuché pasos detrás de mí, intenté no hacer ruido.
Sentí como la llovizna humedecía mi chamarra, peine mis cabellos con mis dedos y esperé.
Una silueta se paró a unos pasos de mi, parecía que buscaba algo... más bien a alguien.

Suspiro y antes de que diera el primer paso lo tome por el cuello de su gabardina y lo arrastre hasta el callejon.
Lo estrelle contra la pared y lo observe bien.

Era una mujer joven, su cabello era casi pelirrojo y sus ojos marrones. En realidad me parecía conocida.

—¿Quién eres y porqué me sigues?— dije amenazante.
—Solo quiero hablar —me sonrio.

—¿Hablar de que? No te conozco— apreté más el cuello de su gabardina.
—Mi jefe te ha estado vigilando, tienes muchos secretos y muchos trucos. Quiere hablar contigo— dijo lenta y forzadamente por la presión.

—¿Por qué no vino el personalmente?No hablaré nada contigo— la solté completamente.
—Si aceptas te llevare con el, le gusta el anonimato. Te prometo que el pago será bueno— se peino con sus dedos repetidamente y se cruzó de brazos esperando mi respuesta.

Me mordí el labio, después de la curiosidad que tenia por saber quien era mi supuesto contratante estaba la paga.

—Muévete — respondí y camine a la salida del callejón y la seguí.
Caminamos hasta la esquina de un bar en la que había estacionada una camioneta negra.

—Sube —abrió la puerta y lo hice.

Se sentó al lado mío y enfrente de mi un hombre de tez blanca, ojos azules y cabello azabache.
Vestía un traje blanco pulcro, con un pañuelo vino.

—Tardaste mucho querida Henley—dijo con una sonrisa—Un gusto conocerte mi nombre es Walter Wabry —me tendió su mano, lo mire con una seja encarnada y la retiro. Me miro esperando a que contestara.
Esa chica pasó de voluntaria en mi presentación, debí haberlo visto venir.

—No voy a decirte mi nombre aún, yo se muy bien quien eres —me crucé de brazos —¿No deberías de estar en la cárcel  Walter?

—Debería, pero no lo estoy. Eres muy curiosa y tienes un buen temperamento, te será útil cariño —me miro analizándome

— Al punto—me pase la mano por la cara quitando los rastros de lluvia.
— Bien, este es el trato, yo quiero venganza... — dijo con una sonrisa grande.

—¿Se puede saber de quien?
Me tendió una foto y la tome, en ella estaban Los cuatro jinetes.

— Supongo que sabes quiénes son — movió sus dedos por sus rodillas.

— Claro que se quienes son. De cuanto hablamos, cuando y donde — le dije y levantó las manos.
— Eso lo hablaremos con todos tus compañeros— me dijo con una sonrisa y le hizo una seña al conductor para que avanzara.

—No me gusta trabajar acompañada, lo hago mejor sola —le dije.

Sus ojos me miraron profundamente y me dio una sonrisa.

—No me importa, tienes que seguir órdenes si quieres tu pago — chasqueo los dedos y Henley saco un pañuelo.
— No vas a ponerme eso— trate de alejarme de ella.
— No puedo dejar que veas el camino. Con fi an za— dijo maliciosamente y deje que su ayudante me pusiera la pañoleta en los ojos.