Mala suerte.

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De todas maneras--Splenndid cerró los ojos confiado—no iba a pedir algo como eso—pensó en qué podría pedir, quizá y un banquete con comida excelente, pues en este lugar la comida no era lo que él esperaba, o quizá la oportunidad de vestir como a él le gusta, tener un uniforme que no fuese azul le hacia sentir extraño. O un capricho quizá. Ya estaba fantaseando con aquellas diversas opciones—me fascina la idea, Flippy, cuenta conmigo.—se detuvo y miró al contrario—Dime. ¿Tú quieres algo a cambio?—las cosas debían ser equitativas por lo tanto si tenía la oportunidad de ganar—Flippy debería tener una oportunidad también—habló en voz alta—¿Qué dices? Si ganas tú seré yo quien te de algo, claro algo posible, escapar por ejemplo—bromeo.—es broma—aclaró con una sonrisa confiada—yo ya me estoy divirtiendo—desde el comienzo en realidad, pensó.  

 —De acuerdo. Tienes dos días para intentar hacer que yo me divierta, de esta forma ambos podremos pensar en la recompensa que pediremos si el otro pierde. Puedes intentar lo que quieras siempre y cuando no involucre a terceros, así evitamos meternos en problemas.—Aclaró las que serían las "reglas" del trato para que las cosas fueran más justas y así evitar conflictos.Era extraño que terminara haciendo esa clase de tratos con ese chico que apenas conocía. Debía admitir que le interesaba ver los planes que el chico tenía para lograr hacer que se divirtiera.  

—Oh tengo suficiente tiempo—Pensaba que podía ganar, pero cierta parte suya lo dudaba también. No quería escuchar aquella inseguridad, le gustaba más la otra, esa le divertía más. Y le agradaba que el otro haya aceptado siendo tan estricto como mostraba ser. Igual pensaba en que no tenía que ser tan estricto, casi tenían la misma edad y el militar no se veía tan viejo como para no saber divertirse o no pensar en ello por lo menos una vez en su vida.—Creo que podremos divertirnos ambos—Bueno, él ya lo hacia, tenía que ser fácil que el otro también lo hiciera. Pero volvieron a lo otro, aquellos obstáculos. Se detuvo al verlos.—¿Qué tanto debo hacer con ello?  

Estaba confiado en que ganaría, dudaba que el otro fuera a encontrar una forma de divertirlo en sólo dos días, por esa razón, si lograba hacerlo le daría sin quejas aquello que fuera a pedir pues se lo tendría bien ganado.Al llegar a la pista de obstáculos, decidió dejar de lado todo ese tema y enfocarse en lo que habían ido a hacer ahí.Miró al chico al escuchar la pregunta que este le hizo, seguido cambió su vista a la pista al mismo tiempo que daba una respuesta:—Quiero ver cuanto tiempo tardas en recorrer todos y cada uno de los obstáculos.—Respondió explicando de forma muy breve. 

—¿Quieres que comience de una ves?¿no vas a decir algo como "en sus marcas listos ¡fuera!? O ¿contar hasta tres?—Sólo estaba jugando, pero igual sería divertido escuchar que dijese eso, quizá y pensaba que no se tomaba en serio los obstáculos, pero eran la mirad y mitad, se lo tomaba en serio porque quería ver la expresión de su tutor. Si no había leído su expediente no sabía que tenía poderes, no sabía la razón de su estancia en este lugar, entonces mostrarlo de esta manera le parecía excelente. Se puso en el inicio de los obstáculos y volteó a ver a su tutor esperando con una sonrisa de oreja a oreja, ya estaba ansioso.

Comenzaba a pensar que ese chico no podía tomarse nada en serio, le recordaba a él cuando recién se había inscrito en el ejército por influencia de su padre; difícilmente podría tomarse algo con seriedad además de que solía ser muy interactivo, ahora, para bien o para mal, eso había cambiado por completo.—Bien.—Dijo sacando de su bolsillo un temporizador que siempre llevaba consigo a la hora de los entrenamientos.—¿Estás listo?—Preguntó. 

Suspiró sacando la emoción—Diablos, si, ten suerte en seguirme el paso con la vista—estiró las manos al cielo y luego trotó por unos instantes en el mismo lugar, eran las ansias que se acumulaban por tanto esperar, imaginar y esa gran curiosidad de ver la cara del otro. Miro los obstáculos y trató de darse una idea de qué hacer, quizá y un toque de él mismo no haría mal.—Vamos Flippy—dijo Splendid volteando a verlo listo para dejar de tener los pies sobre la tierra.—no abras la boca, la tierra no tiene buen sabor.

Mal héroe, Mal cadete.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora