Mal héroe, Mal cadete.

¿Quién es Fliqpy?

Oh...—Miró con dirección a los obstáculos, claramente iba a ser un problema intentarlo, pero igual...quizá y no sea tan malo arriesgarse—Yo no me meto en problemas, jamás lo he hecho, que los demás me los den es diferente—Se escudó en eso y mostró las palmas en un un intento de parecer inocente, aunque él no lo creía de esa forma, es más se veía a su mismo como un imán de estos, aunque tampoco lo hacía apropósito—Pero en ese caso ¿Cómo vamos a comer?¿acaso tú no tienes hambre? puedo intentar si tú quieres, digo, soy rápido.

La actitud que el otro demostraba era un tanto infantil al no aceptar que se metía en problemas y extrañamente lo comprendía. después de lo que vio minutos antes logró observar que el contrario no controlaba del todo esas "habilidades" que tenía, era de esperarse que se metiera en problemas sin saberlo.

-Te acompañaré hasta la cafetería, después iré a hablar con mi padre y tal vez a comer.

Tenía mucho de qué hablar, o mejor dicho, reclamar a su padre, no iba a pasar por alto que este le ocultó información muy importante.

--¿Quieres decir que comeré yo solo?--No quiso esperar tanto pues ya había estado ansioso por la comida desde hace un rato--esta bien, yo no tengo problemas, oh--se detuvo al último pues fue ahí que reparó lo que su tutor dijo--¿Iras con tu padre?--sonrió de oreja a oreja--¿De qué hablaras?--Ay seguramente se iba a quejar de lo molesto que era cargar con alguien como él, quizá y le iba a decir que tenía que pagar por los obstáculos y entre otras cosas, y aunque sabía que su tutor era bastante reservado quiso preguntar, no estaba demás hacerlo.

Decidió no dar respuesta a la primera pregunta puesto que era algo obvio y a parte el contrario no se lo tomaba a mal.

Dio un par de pasos más hasta que se percató que el contrario se había detenido así que tuvo que hacer lo mismo.

-Sobre varias cosas importantes. -Respondió sabiendo que una respuesta así no acabaría con la curiosidad ajena, no obstante, no le iba a contar acerca de lo que hablaría con su padre aunque eso fuera algo de poca importancia.

Splendid se dio a la idea de que comería al igual que todos los días, esa comida siempre estaba fría pero bueno, tampoco estaba mal y no tenía mal sabor que digamos, el aspecto era otra cosa.--Bueno, mucha suerte, he de pensar que tendré que esperarte en algún lugar concreto ¿Verdad?--Ya sabía que aparte de comer solo y lo de siempre tampoco le iba a decir de lo que hablarían, le molestaba no poder quitarse su misma curiosidad de encima, ya vería que hacer acerca de eso. Volvió a caminar ya hasta llegar a la cafetería, miró la comida y luego miró a su tutor--¿Voy a comer lo de siempre entonces? Seguramente comerás mucho mejor que yo.

Entró en la cafetería junto al contrario, esperaría un poco a que el tiempo pasara y poder hablar con su padre en el momento en que este estuviera menos ocupado.

-Tranquilo, sólo intenta esperar un día o dos y, si no te metes en problemas, podrás comer en el mismo lugar que yo y de la misma comida. -Dijo en un intento de animar al contrario. -Bueno, creo que es hora de que ya vaya con mi padre. En dentro de una hora te veré en el patio principal, no vayas a hacer algo que moleste a los demás. -Le advirtió antes de dirigirse a la salida de la cafetería.

Refunfuñó cuando el otro se fue, dos días era demasiado, ahora que se había hecho a la ilusión de comer diferente, no era la gran cosa eso era cierto, pero era por lo menos comida caliente seguramente. Cuando le dieron su porción de todos los días suspiró pesadamente y miró a las diferentes mesas en donde él podía sentarse, muchos rostros eran conocidos así como otros no, aquellos que sí igual le miraban por sobre del hombro por lo que sólo rió en silencio y se encamino a una mesa un tanto más apartada. Era no meterse en problemas, eso había dicho su tutor y sí quería comida diferente, la misma comida que su tutor era estar alejado de todo lo que pudiese provocar un caos. Mordió un bocado y de mala gana comenzó a pensar que era una especie de maldición la que él tenía, ¿Cómo iba a ser un verdadero héroe si no podía salvar a un sólo ciudadano? Tenía que entrenar para poder hacerlo ¿no? tenía que aguantar un poco más este lugar, sólo un poco más.—¡Auch!—Se quejó, pues por estar pensando en otras cosas se mordió le lengua mientras comía.—Tonta comida...—En eso una idea, simple pero eficiente se le vino a la cabeza.