Capitulo 3

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Por supuesto, fuimos a la discoteca. Nunca hay chicas suficientes un sábado por la noche y que Zoey tiene un cuerpo estupendo, los
gorilas de la puerta babean al verla y nos indican que nos acerquemos al principio de la cola, ella les dedica unos pasos de baile cuando entramos, y sus ojos nos siguen a través del vestíbulo hasta el guardarropa.

-¡Que pasen una noche estupenda, señoras! –nos gritan.

no tenemos que pagar, somos las jefas, después de dejar los abrigos en el guardarropa, vamos a la barra y pedimos dos CocaColas, Zoey añade ron a la suya de la botella que lleva en el
bolso, dpice que todos sus compañeros de facultad lo hacen, porque así las copas les salen más baratas, yo me atendré a la prohibición de beber, porque me recuerda a la radioterapia, en una ocasión, entre una sesión y otra, me emborraché con una mezcla de bebidas que saqué del armario de los licores de papá, y ahora las dos cosas están asociadas en mi cabeza: el alcohol y el sabor de
una irradiación corporal total, nos apoyamos en la barra para echar un vistazo al local, está
repleto, y en la pista de baile sobran los cuerpos, las luces persiguen torsos, culos, el techo.

-Por cierto, llevo condones – dice Zoey

están en mi bolso, si
los necesitas - Me toca la mano.
-¿Te encuentras bien?
+sí.
- ¿no te estás asustando?
+no.
Una vertiginosa sala repleta de gente un sábado por la noche
es exactamente lo que quería, he empezado mi lista de cosas y
Zoey me está ayudando, esta noche voy a tachar la número uno: sexo.
Y no voy a morir hasta tachar las diez.

Antes de morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora