Capítulo 2

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A finales de octubre Elena estaba muy triste. Su ruptura con Javima había sido ya hacía un mes y no habían vuelto a hablar. A eso había que sumarle que Héctor había desaparecido. El día anterior sus padres habían ido al instituto para pedirles a todos sus compañeros que si sabían algo de él que se lo dijesen. Elena observó a Javima y tras la noticia percibió que esa sombra había aumentado de intensidad. Cuando estaban en el descanso fue a hablar con él, ya que sospechaba que él sabía algo y que quería ocultarlo, aunque no podía entender por qué.

- ¿Por qué te callas?

- ¿Perdona?

- Ahora mismo me vas a decir lo que le ha pasado a Héctor. Si piensas que no me he dado cuenta de que tras ese silencio hay algo más te equivocas.

- Agradezco que seas sincera y directa, pero no tienes ninguna razón para pensar eso. Héctor es un gran amigo y haría algo por ayudarlo si supiese qué es lo que puede haberle ocurrido.

- Me gustaría creer que no me mientes, pero no puedo. Te conozco, Javima. Quizás no lo sé todo de ti y es eso precisamente lo que me ha alejado de ti, pero Héctor también es amigo mío y haría cualquier cosa por él, ya lo sabes. Lo único que necesito saber es si está bien, si necesita ayuda, lo que sea. Me siento impotente y mientras tú estás ahí tranquilo, en paz contigo mismo.

- ¿Pero tú quién te crees para pensar que yo no estoy preocupado? – gritó él-. ¿Qué te hace pensar que mi tranquilidad no es superficial? El tiempo que has pasado conmigo no te ha servido para absolutamente nada, prefiero dejártelo claro.

Silencio. Era la única respuesta que podía darle Elena. Nunca se habría esperado esa reacción de él, tan poco controlada. No era un chico que actuase así y que dijese lo primero que pensaba, siempre tardaba en responder si creía que no lo podía hacer adecuadamente.

Elena había pensado una y otra vez en esa conversación mientras seguían sin tener noticias de Héctor. Se acercaba ya la Navidad cuando en un momento dado escuchó a Javima hablando por teléfono.

- Tú no te preocupes por nada. Aquí todo sigue igual. Nadie sospecha nada. La única podría ser Elena, pero no he vuelto a hablar con ella desde poco después que tú nos dejaste.

Ella pensó que únicamente podía tratarse de Héctor. Aquellas expresiones no podría utilizarlas con nadie más porque ningún amigo más se había ido. Aunque podría tratarse de un familiar suyo, dudaba que se refiriese a ella de esa forma.

- Claro que me duele estar tan separado de ella. Sabes lo mucho que la aprecio y es posible que si lo intentásemos pudiésemos seguir igual que antes. Pero todo ha cambiado y prefiero mantenerla alejada por si pudiese pasarle algo. Ella volverá a ser feliz sin mí, no lo dudo. No soy la persona más aconsejable en este momento.

“¿Por qué está diciendo todo eso? ¿Qué es lo que esconden así?” Elena no podía parar de pensar a paso acelerado. Reconocía que Javima tenía un secreto muy grande pero estaba imaginando que las dimensiones eran tales que ella nunca podría averiguarlas y llegar hasta el final.

- Tenemos que dejarlo ya. Si seguimos hablando es posible que nos encuentren, ya lo sabes. Cuídate y hasta pronto.

Elena salió de allí corriendo, con miedo a que Javima pudiese descubrir que ella había escuchado parte de esa conversación. No podía entender nada. Quizás les había pasado algo y ambos estaban en peligro. Dudaba si volver o no a hablar con Javima pero tenía que hacerlo. Quería llegar al fondo de todo aquello.

Decidió volver a dónde había estado Javima pero no lo encontró. Se recorrió todo el instituto hasta que lo vio en unas escaleras, sentado y concentrado en sus pensamientos. Ni siquiera se dio cuenta de que ella había ocupado el lugar de al lado. Dijo lo primero que se le ocurrió.

- Hacía tiempo que no me sentaba a tu lado.

- Pues no has elegido el mejor momento para hacerlo.

- Entonces será mejor que me vaya.

Elena se levantó, decepcionada. Ya había escuchado que quería que estuviese lejos de él, quizás por su propio bien. Se sorprendió cuando la detuvo.

- ¿Qué tal estás? – le preguntó, sonriendo amablemente.

- Si te importase no me pedirías que me vaya. Llevo un mes en otra clase, me cambié porque me haces pensar que me odias. No podía soportarlo más. ¿Por qué me haces esto?

- No soy la mejor compañía ahora mismo, ¿cierto? Pero eso no cambia el hecho de que me preocupo por ti.

Elena se apartó y se fue. Hizo oídos sordos a sus llamadas. Lo había intentado pero no podía acercase a él, quizás nunca le dejaría.

Desgraciadamente, esa fue la última conversación que pudo tener con él. El 22 de diciembre Javima no pudo llegar a casa después de clase. 

Cómplices de la verdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora