Debajo de la ventana (versión Karma)

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Finalizando clases, agarré mi mochila y tenía toda la disposición de largarme, pero algo me detuvo: Nagisa-kun. Ya todos se habían apresurado para irse, pero él seguía sentado, me acomodé la mochila e inhalé profundo antes de poder dar el primer paso, pero NOOO, el maldito de Isogai tenía que aparecer y poner sus asquerosas manos en la mesa de Nagisa-kun. Nagisa-kun es mío (aunque él no sepa nada al respecto).

Suspiré resignado cuando noté que empezaron a hablar tan amenamente, mi mejor opción era irme de ahí antes de cometer un crimen pasional. Aun así, me quedé parado a un lado de la puerta trasera del salón, procurando que cuando salieran no pudieran verme; mi mayor alivio fue que después de unos momentos fue Isogai quien salió del salón de clases, solo. Eché un vistazo a la ventana de la puerta y pude ver a Nagisa-kun, todavía sentado en su lugar y una ráfaga de alegría me recorrió el cuerpo con el solo pensamiento de que Nagisa-kun no se iría a casa con Isogai.

Pasaron unos minutos y Nagisa-kun seguía sin salir, en serio debo de verme como un total stalker esperando a que saliera. De repente escucho a los profesores hablando mientras se dirigían a la sala de maestros atrás de mí; entré en pánico ¿y si me veían y me llamaban? ¿y si Nagisa-kun lo escuchaba? Entonces se enteraría que eh estado aquí todo el tiempo.

Fue en ése momento en el que vi la ventana del pasillo, estaba cerrada pero sin seguro así que la podría abrir fácilmente. Sin pensarlo dos veces, pasé casi corriendo el pasillo y saltando hacia la ventana mientras que la abría. Caí en el pasto de la montaña, del lado en donde ésta no tiene tanta vegetación.

Fui a uno de los costados de afuera del salón y recargué mi espalda contra la pared, dejándome deslizar por ésta. Mi respiración y mi pulso seguían alterados ¿y cómo no iban a estarlo? Si por poco soy descubierto por la persona que me gusta desde el primer año, la cual obviamente me odiaría si se entera, ya que ambos somos chicos y él detesta que lo traten como chica; pero no es que lo quiera tratar como chica, es solo que.... ¡¡¡ES TAN CONDENADAMENTE LINDO!!!

Repentinamente escucho pasos avanzando a través del claro, haciendo crujir un poco el pasto bajo sus pies; volteo a ver y descubro a Nagisa-kun parado ahí en medio, con la guardia baja y no me pude resistir más: me acerqué.

Cuando estoy justo detrás de él, alcanzo a escuchar algo que dice en voz alta, aún sin saber que estoy ahí.

- Aahh... ne~ ¿qué me dirías si lo supieras Karma-kun?

No lo pude soportar más, escuchar mi nombre viniendo de su boca, además de que está preguntando algo de lo que no tengo idea. Me acerqué más a él y le hablé cerca del oído, haciendo que mi respiración pegara contra su cuello y oreja a propósito.

- ¿Saber qué Nagisa~kun?

Se hizo algo para adelante y volteó sonrojado, dios que lindo se ve cuando está sonrojado. Levanté mi mano izquierda y la acerqué a su mentón, tan fino y delicado, simplemente para poder tocarlo.

- ¿mmm...? ¿qué sucede Nagisa-kun?

Mi tono salió un tanto burlón, e inconscientemente ya había pasado mi mano de su mentón a la parte de atrás de su oreja y, sin previo aviso y tomándome por sorpresa, Nagisa-kun soltó un gemido. Fue un sonido tan dulce que creo que siempre lo tendré en mi memoria. Me acerqué un poco más, sin quitar la mano, para poder escuchar más de ésos dulces y tiernos gemidos; pero lo que vino fue mejor que eso: Nagisa-kun levantó su mirada rápida y descuidadamente, lo que causó que nuestros labios se rozaran y, sorprendiéndome aún más, cerró los ojos con fuerza.

- ¿Ehh~~~? ¿Tan desesperado estas porque te bese, Nagisa-chan?

SI SERÉ ESTÚPIDO ¿Por qué pregunté eso? Soy yo el que está desesperado, además le añadí el "-chan" a su nombre, oh no, definitivamente me va a odiar. Y no me equivoqué, Nagisa-kun me empujó enojado, alejándome de él. Estaba rojo, seguramente de ira.

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