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-¡Cerebro de Lydia Martin ven a mi y ayúdame con este bendito examen!
-Señorita Morgan, guarde silencio.-La miré extrañada
-¿Puede leer la mente? Oh, Dios... ¡Es Edward Campanilla Cullen versión mujer!-Grité y toda la clase estalló en carcajadas.
-¿Edward qué...? No importa, entrégame ese examen.-Dice caminando hacia mi con una mano estirada
-Agh... Tome, Edwardana.-Espetó bufando y entregando el examen. Me crucé de brazos y me eché en el asiento
-¿Sabes que no estabas pensando, no?-Me preguntó Dylan en un susurro
-Creí que sí-Le respondo de la misma forma
-Bueno, estabas pensando en voz alta.-Sonreí y miré al frente.
-Profesora, terminé.-Dicen Emma y Josh al unísono, ambos se miraron y desviaron su mirada rápido
-¿En veinte minutos? Es matemáticas...
-La materia más fácil del mundo entero-Dice Josh sonriendo
-Concuerdo con él, profesora-Emma lo apunta y a Josh se le ponen las mejillas de un rojo carmesí... ¿Se sonrojo por unas simples palabras? Ay, que tierno.
-Denme sus exámenes-Edwardana camina hasta ellos y les retira sus exámenes. Saco una hoja de cuaderno y la arrugó, se la tiró a la cabeza de Josh, y que por suerte, si le cayó
-¿Qué demo...?-Comienza a mirar por todas partes hasta que me ve sonriendo inocente-Becca, ¿Qué te pasa?
-Te sonrojaste, eh-Le sonrió coqueta y él se vuelve a sonrojar.-Joshi, tu tranquilo...
-¿Quién está hablando?-Apreté mis labios nerviosa. Tomé mi lápiz y abrí mi cuaderno, escribí una frase que no me la he podido quitar de la cabeza, y todo por Ariana, es su frase... Bueno, de ella y de Thomas.
«Somos como agua y aceite, por más que nos intenten juntar, terminamos alejándonos.»
Suspiré y cerré mi cuaderno, rayos, que aburrimiento.
-Dylan-Lo llamé en un susurro
-¿Mm?-Menos mal que se sienta a mi lado... Se ve tan tierno concentrado...
Ya te volviste cursi.
Hey, nadie supera a Tyna.
¿Tyna?
Martina y Tyler, esos si que son cursis.
Te apoyo, sista.
-¿Me prestarías tu celular y tus audífonos?-Pregunto tiernamente
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Viviendo con... Ellos
HumorSoy Rebecca, pero odio mi nombre por lo que me deben decir Becca, me mudé desde Seattle hasta Washington D.C y prácticamente, todo cambió. Uno: Mis padres por su trabajo siempre viajan, por lo que se les ocurrió la brillante idea de mandarme a una...