Cap 5

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-mmmh...idio...-

-Que dices Makoto? Tanto te gusta que te toque?- Las manos contrarias le acariciaban sin piedad sobre la ropa, el peligroso Hanamiya Makoto se encontraba vulnerable, sus manos esposadas y sujetas a un tubo sobre su cabeza y con la espalda casi pegada a la fría pared de concreto.

-Imebeciil...mhhh- Un beso agresivo invadió la boca de Makoto, la lengua del agresor le acariciaba hasta la garganta, siguió el beso, podía decirse que por que no le quedaba de otra que corresponder al contrario, no le gustaba para nada lo que pasaba, o al menos intentaba convencerse de aquello.

-Kiyoshi...pedazo de imbécil...- Le dijo furioso, mientras el otro con esa sonrisa característica le bajaba esos horribles pantalones naranja.

-Tu cuerpo siempre huele así de delicioso Makoto... me encanta...- El castaño estaba en cuclillas frente al medio despierto miembro de Makoto. Le acaricio y le saboreo, probando y oliendo sobre la ropa, mojando los bóxer negros del azabache, sabía que eso molestaba demasiado a Makoto y por eso mismo lo hacía, ver su expresión excitada mas ese seño fruncido le hacia la mejor de las vistas.

Succiono lamio toda la extensión del miembro de Makoto, que ya empezaba a asomarse bajo la tela. Apretó los bien formados glúteos del azabache mientras aun besaba los testículos de este y se deleito con el gemido involuntario que sonto el azabache, desviando su mirada avergonzado. Makoto siempre buscaba callar sus gemidos, esconder sus sonrojos y seguir diciendo que odiaba le tocara, que le asqueaban sus besos y que sobre todo detestaba que le hiciera el amor, pero eso a Kiyoshi podía importarle menos, bien sabia él lo orgulloso que era el azabache, sabía que le gustaban sus besos, que le encantaba que le tocara y sobre todo que disfrutaba y le encantaba que le hiciera el amor, si alguien conocía a Hanamiya Makoto era él y esperaba seguir siendo solo él.

Bajo la ropa interior de Hanamiya hasta quitar ambas prendas por completo, apreciando la blanquecina piel de su intimidad, por que Makoto era perfecto no tenia imperfección alguna en su piel, ni siquiera en su lugar más intimo y Teppei se sentía bendecido de ser él, el único en conocer esta parte del azabache, por que él podía verse tan sexual, sensual, libidinoso, lujurioso etcétera, pero el único que conocía esas cualidades en Makoto era él.

-mmmhh...Makoto- Suspiro antes de engullir por completo el pene de Hanamiya, succionando y lamiendo con gula, nunca se cansaba del sabor de Hanamiya, desde la primera vez que le probo no podía tener suficiente de él. Siguió con su trabajo mientras acariciaba el trasero y los testículos de Makoto cada cuanto. Su mano hábilmente se deslizo por sus piernas, acariciando desde sus rodillas, hasta nuevamente apretar el trasero de Hanamiya, deslizo una de sus manos entre los glúteos de Makoto y uno de sus dedos encontró rápidamente el aro de musculo, la entrada rosada del azabache, el acceso a todos sus placeres estaba ahí, y solo había que masajear y tantear adecuadamente, prepararle con total dedicación para que siguiera así de excitada y hambrienta.

Porque Makoto no podía ser más mentiroso, podía maldecirle y decirle lo mucho que odiaba todo lo que le hacía, pero su entrada se contraía y se humedecía ante el mas mínimo toque de sus manos. Podía percibirla hambrienta por recibirle, por apretar su miembro y llevarlos a ambos a la cúspide del placer. Pero no lo haría así como así, por que no solo estaba ahí para satisfacción propia, jamás lastimaría a Makoto y meterla así sin preparación, tendría como consecuencia un claro desgarre, y mucho dolor para su amado, porque si Kiyoshi Teppei estaba totalmente enamorado de ese grosero, mentiroso y peligroso ser.

Sus dedos entraban y salían del cuerpo de Hanamiya, era sorprendente como estaba así de mojado con tan solo la preparación. La humedad de Makoto se deslizaba por las piernas del azabache y el olor a intimidad comenzaba a invadir el lugar.

THE CHOICEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora