Sin mirar hacia atrás

El navío sin final

Que pasara, ya no hay lugar en este triste corazón que no puede arrancar, los días se repiten y la soledad llama a mi puerta preguntando donde esta aquella chica que logre amar pero que tristemente me deje llevar y la perdí en aquel mar de esperanza. Navegando en un barco estoy, sin rumbo fijo y llevando un prefijo me nombran al pasar, entre las olas y mareas se divaga mi alma que tristemente llevo cada mañana.

El barco ya zarpé y no hay vuelta atrás, ya tome el camino que me toca llevar, el destino lo predijo y no soy quien para saltar de este navío que no puedo abandonar y creyéndome un navegante me toca comandar a este corazón hundido en alta mar. Debería aprender de una vez que las aguas turbias no se pueden calmar y que solo Dios me ayudara en este triste mar al que llaman soledad y en donde parece que puedo llegar a un lugar al que llaman libertad pero en donde nunca podre conocer a aquel amor de verdad.

Sin dirección estoy y haciéndome el que se a donde voy sigo en linea recta esperando lo mejor pero pensando en que la vida no se puede solucionar probando que va a pasar y que cuando te enamoras no te podes retirar como con un hola y chau, si de verdad la amas no te la podrás olvidar y pensando todos los días en ella estarás porque es como un imán y que tu corazón es el polo que la atrae hacia esta trampa mortal.

Pero en fin, la marea se calmó y la neblina se dispersó dejando ante mi esa gran ilusión de que algún día logre conquistar ese amor que no se conoce aún pero que en algún momento llegará al igual que este bote logrando llegar a aquél destino al que aguardo explorar.