VII

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Y me doy a conocer. Porque nadie sabe sobre mí, porque me he escondido en las tinieblas desde antes de que vosotros surgieseis. Y porque os conozco a todo vosotros, todas y cada una de vuestras caras. Porque os he visto en cada uno de vuestros momentos y les he arrancado la vida a vuestros ancestros. Porque conozco las debilidades de vosotros los mortales.

Y porque soy más poderoso que Satán, o que incluso vuestro Dios. Sólo pocos me conocéis, alguna vez habéis visto mi cara en vuestros sueños... O en vuestras pesadillas. ¿Por qué os infundo miedo? ¿Por qué os encargáis de difamar mi nombre y con él, mi trabajo?

Soy, según muchos, La Muerte. ¿Creéis no conocerme? ¿Creéis que estáis fuera de mi alcance? ¿Creéis que aún falta mucho para vuestro momento? Estáis equivocados. Yo no os llevo al infierno, yo sólo tomo vuestras vidas y mi trabajo ya está hecho. Pero, ¿se puede matar a algo que ha estado muerto en vida?

Grabaos bien esto: Adalt es mi nombre. No soy La muerte, ni Satán, y mucho menos vuestro Dios. Dejadme hacer mi trabajo solemnemente. Prometo no causaros ninguna molestia eterna...

Adalt. [En edición]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora