Aquello que jamás se lloró

14 1 0
                                    

Dicen que quien inventó el dolor, inventó el llanto. Tiene sentido, pues cada enfermedad viene con una medicina.
Por eso añoro llorar. Siento demasiado peso oprimiendo mi pecho. Sin embargo, desde aquella vez, ya no puedo llorar. No derrame ni una lágrima. A causa de eso, lloro por dentro. Mi alma se embarra con la mugre que intenta ser lavada. Mi mirada se amarga. Quisiera llorar, oh cómo lo deseo.
Hasta entonces, me quedaré aquí, mirando pasar la vida a mi alrededor, esperando un suceso tan fuerte que me haga sentir de nuevo. Pues ya no siento. Mi única esperanza es creer que aquel día en que vuelva a sentir, aunque sea felicidad, llorare.
Lo sé, porque he enjaulado mis sentimientos para que no puedan volar. ¿Qué hacer, si no, cuando te rompes? Yo vi mis pedazos en el piso, desparramados. Los junte y los coloque a presión de vuelta en mi corazón. Un movimiento, y todo se desmoronará. No le tengo miedo al derrumbe, más me aterra saber que existe una segunda opción. Tal vez, la ruptura sirva para dar lugar a un corazón nuevo, más fuerte. O tal vez, los pedazos jamás puedan ser pegados de nuevo.

Confesiones a una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora