3.

99 10 1
                                    

POV Rebekah.
Salí del salón dejando atrás a mis amigas , estaba algo molesta por qué para mi mala suerte no me tocaría trabajar con Charlie, el profesor nos había nombrado juntos pero un segundo después hizo la corrección para mandarme con el idiota de Adam, no tengo nada contra el pero bueno, no es Charlie... A pesar de haber negado infinidades de veces mi especie de "atracción" hacia el era más que obvio lo que sentía, no podía mirarlo a los ojos sentía que me derretía y aún más cuando bajaba y observaba sus hermosos labios que sobresalían de su perfecta cara. Sin embargo ni aunque quisiera podría intentar algo con el ya que en varias ocasiones me dejo claro el desprecio que sentía hacia a mí y yo aunque finjo sentir lo mismo pasó por todo lo contrario, pero sobre todo no podía intentar nada con Charlie porque dentro de mi sabía que no lo quería, lo consideraba más como un premio más a mi favor, el tener al chico más guapo del instituto o al menos el considerado así para todas.
Me dirigía caminando sin sentido alguno, la escuela era bastante grande y podías perderte o saltarte clases cuando quisieras en consecuencia a lo mismo, iba mirando fijamente hacia el frente pero mi mente no coordinaba hasta que al pasar por el salón de música alguien que iba saliendo choco conmigo provocando que accidentalmente tirara la guitarra que este iba cargando.
-No pudiste ser más obvia-dijo el chico parado a mi lado.
-¿Obvia? ¿En que sentido? dije sin expresar emoción alguna.
-Oye si quieres volver solo tienes que decirlo, no es necesario que vengas y me espíes hasta acá- respondió.
-No te creas el rey del mundo Brandon, sabes muy bien que no quiero saber nada de ti desde hace mucho así que si me disculpas...-dije trancando de pasar pero este lo impidió.
-Tu no vas a ningún lado-dijo tomándome bruscamente del brazo.
-Suéltala- hablo una voz al fondo.
-Ah si y tú quién eres para decirme que hacer-respondió Brandon subiendo el tono de su voz.
-Te dije que la sueltes-hablo de nuevo la misma voz desconocida.
Brandon accedió y entro de nuevo al salón de música , me giré a ver la persona que me había ayudado y me encuentro con un rubio castaño, delgado, apuesto y aparentemente mayor como para ser un alumno, podría ser un maestro pensé pero su cara me decía algo que me desconcentraba ante todo.
-Gracias-dije algo nerviosa mientras lo observaba de pies a cabeza. Este solo accedió con la cabeza y dio media vuelta para seguir caminando hasta que volví a abrir mi boca.
-Al menos dime tu nombre- dije inconscientemente.
Este solo giro para verme algo extrañado y dio unos pasos hacia mi.
-¿Porque quieres saberlo?-respondió.
-Porque me salvaste la vida- dije quedando aún más como tonta, no sabia ni lo que salía de mi boca no coordinaba.
-Exagerada supongo que es el tuyo ¿no?-dijo.
-Fue solo una metáfora- hable.
-Apuesto a que no haz de saber ni lo que significa eso- suspiro- Nick, me llamó Nick- dijo para dar media vuelta y volver a caminar.
-Rebekah- dije lo suficientemente fuerte para que este me escuchara. Nick solo giro su cabeza y asintió de cierta forma hasta perderse en el pasillo.
Di media vuelta y seguí caminando asimilando lo que había pasado, un total desconocido me había defendido del loco de mi Ex y lo más extraño o se podría decir "mejor" de todo esto era lo apuesto que había sido este. Había sentido una especie de conexión hacia el y no podía dejar de pensar en ello.

POV Charlie.
Había estado pensando toda la mañana en Ivy y lo linda que era, me sentía un bobo enamorado (si es que esa palabra podría considerarse en mi diccionario) pero lo que más me tenía pensando era la infinita estupidez de Román al haberla invitado a tomar el almuerzo con el, sabía que ellos se conocían por el equipo de natación pero sentía que todo esto iba demasiado rápido, digo es el primer día porque apresurarte a cazar una presa han precipitadamente, esa era la diferencia que me hacía el mejor de todos mis amigos, yo sabía perfectamente cómo actuar y conquistar a una mujer pero ellos eran unos simples principiantes, Ángel seguía enamorado de la misma chica desde hace 2 años, y lo peor de esto, nadie sabía de quién se trataba ya que este siempre había mantenido en secreto la identidad de esta; por otro lado Adam quién podría tener a cualquiera comiendo de su mano estaba que moría por la idiota de Rebekah y no lo culpo pero esa chica lo que tenía de linda también lo tenía de hueca, aunque Adam estuviera tan cegado que lo negara a cada rato. Me encontraba totalmente perdido en mis pensamientos así como viendo discutir a los dos idiotas de mi amigos hasta que alguien tocó mi hombro.
-¿Qué haces aquí?- dije.
-Tenemos que irnos, Alexander tuvo un problema- respondió mi hermano Nick al lado.
-¿Qué cosa? Tengo clases y es el primer día no estoy para perder mi tiempo con sus...-dije hasta que este me interrumpió.
-Daniel,es urgente, no es por Alexander es el abuelo anda tenemos que irnos toma tus cosas y te veo en el auto- respondió rápidamente para luego irse.
-Oye es mejor que hagas caso-dijo Ángel.
-Nosotros avisamos que tuviste un problema anda ve- hablo Adam.
-Gracias- respondí- los veo mañana.
Salí de la cafetería y camine rápidamente por el pasillo hasta que una voz familiar me hizo detenerme.
-Charlie,¿podemos hablar?- dijo Tania mirándome algo preocupada.
-¿Que quieres?-dije algo fuerte.
Vi cómo está bajo su mirada lo que hizo que bajara un poco mi tono de voz.
-Perdón, es que tengo un problema y me tengo que ir- dije.
-¿Que clase de problema? Yo podría ayudarte- respondió.
Era increíble lo loca que está chica estaba por mi, había experimentado con muchas pero ninguna había llegado al extremo de mirarme de esa manera.
-Es algo familiar-dije- pero gracias.
Ella solo asintió y dio media vuelta para seguir caminando hasta que por alguna razón me hizo sentir mal por ella tanto que estuve a punto de hasta pedir que me acompañara pero no, no lo hice porque ella no era nadie para mí solo una compañerita más a la que probablemente le sacaría provecho para acercarme a quien de verdad me interesa. Seguí caminando hasta salir de la escuela y subir al auto con Nick para dirigirnos a la clínica.
Al llegar tuvimos que esperar 2 horas hasta que Alexander hablo primero con Nick quien como siempre salió furioso se ahí , luego Alex se dirigió a charlar conmigo y explicarme lo sucedido, al parecer el abuelo estaba bien y todo había sido una falsa alarma por parte de mi hermano mayor como siempre, por esa razón Nick había salido disparado de ahí, siempre nos hacía perder tiempo a lo tonto aveces pensaba que este se sentía tan solo a pesar de estar con la estupida de su prometida que realizaba cualquier drama por tratar de unirnos como familia pero todo esto siempre salía mal.
Salí y preferí buscar un taxi antes que volver a pasar rato con el otro de mis hermanos, ambos eran tan insoportables para mí que lo que más quería era estar lejos de ahí, camine dos cuadras hasta llegar a un sitio fuera de una biblioteca donde por fin vi como el destino al fin jugaba a mi favor y una chica hermosa, castaña con los rizos más perfectos del mundo salía cargando un pequeño monto de libros para dirigirse a un auto, era Ivy.
-¿Te ayudo?- dije mientras me acercaba a esta.
-No pensé que los descerebrados jugadores de fútbol vinieran a la biblioteca- respondió lanzando los libros a la cajuela.
-De echo vine por un taxi, mi abuelo está en la clínica a dos cuadras y...-hable hasta que me interrumpió.
-No es por ser grosera, pero no te pregunte nada-dijo.
-Oye apenas nos conocemos y actúas así, te hice algo que no recuerde o que te sucede- dije.
-Simplemente no me caen bien los de tu clase- respondió.
-¿Y como son los de mi clase?-dije.
Estuvo apunto de abrir la boca hasta que una mujer algo mayor y bastante parecida a ella llego y nos interrumpió.
-Ivy ¿guardarse todos tus libros? -hablo.
-Si madre, será mejor que nos vayamos-respondió.
-Oh no hija no tengo prisa , sigue hablando con tu amigo por mi no hay problema-respondió.
-El no es mi amigo mama, vámonos-dijo Ivy mientras subía al auto.
Su madre solo me miro algo confusa por el comportamiento de su hija y accedió para luego arrancar el auto.
Ahora sí había comprobado lo difícil que podría llegar a ser esta chica, tenía que idear la mejor de mis jugadas para poder hacerla admitir lo mucho que me deseaba porque era obvio como se le caía la baba mientras me miraba. No iba a ser fácil y esto era lo que lo hacía más divertido. Quería que fuera mía o mejor dicho, ella será mía.

SADISTICWhere stories live. Discover now