Capítulo Doce.

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Nunca le había gustado la tierra mojada. Ni el olor, ni el tacto, y mucho menos tener que caminar descalzo sobre ella, embarrándose los pies. Caminó despacio, pegado a la pared de la casa con el mayor sigilo que era capaz de reunir, mirando de tanto en tanto hacia atrás por si acaso, sin poder evitar dirigir la vista también hacia la ventana de su habitación.

Ese niño le estaba empezando a producir un nerviosismo que se le hacía inquietante.

- Me cago en todo.- Maldijo de manera sorda, mirando hacia su pie derecho que se había enterrado en el barro.

Joder, que asco le estaba entrando.

Suspiró, ignorando la suciedad en sus pies para seguir caminando lentamente hasta llegar a la puerta trasera del pasillo, esa que daba directamente al jardín y que por suerte era de cristal, lo que le facilitaba poder mirar hacia el interior fácilmente. A simple vista no se veía nada, la casa estaba totalmente a oscuras y después del grito de Jinki no se había vuelto a escuchar nada más.

Afiló la vista, intentando captar algo en la oscuridad. Un destello dorado le atravesó el iris y antes de que pudiera reaccionar el cristal de la puerta de había hecho añicos sobre su cabeza. Rodeó la casa corriendo, escuchando disparos por distintos puntos del interior. Suspiró al ver una ventana entreabierta, y no se lo pensó dos veces al entrar. Estaba todo a oscuras y los estallidos de disparos parecía que se habían detenido. Se había acuchillado en el suelo, bajo la ventana y aunque no era capaz de ver casi nada, sabía que estaba dentro de la biblioteca por el olor a libro viejo.

- ¿Jonghyun?

El aludido respingó desde su posición, las piernas le temblaron y tuvo que sujetarse a la pared para no caerse.

- ¿¡Quieres matarme de un jodido susto o qué!?

Donghae salió de debajo del escritorio sonriendo como disculpa.

- Lo siento.

- ¿Donde está Jinki?

Jonghyun gateó hasta donde estaba Hae, refugiándose también bajo el escritorio. A fuera se escuchaba un silencio inquietante.

- Está en la habitación de en frente creo. Me empujó aquí dentro antes de que pudiera reaccionar y luego empezaron los disparos.

- ¿Crees que es el clan de Jongin?

- Seguramente.- Jong asintió, con el cerebro funcionándole a toda velocidad.- ¿Dónde está Minho?

- En mi habitación

- ¿Solo?

- No, con el vecino de al lado. Qué preguntas tienes.

- Podrías haberlo dejado con Heechul y Siwon.- Reprochó el mayor.

- Vale, no había pensado en eso.

- ¿Al menos has bajado armado?

Jonghyun miró al mayor, y chasqueó la lengua, desviando la mirada al suelo.

- Tampoco he pensado en eso.

- ¿Has pensado en algo?

- En que no creí que fueran a volarme la cabeza a tiros.

- Vale, tranquilidad.- Ambos suspiraron, sumándose al silencio en la casa. Parecía la calma antes de la tormenta. A Jonghyun se le estaban poniendo los nervios de punta.- Necesitamos un plan.

- Soy todo oídos.

- Si mi hermano está en la habitación de enfrente... Es el despacho, así que no corre necesario peligro porque la puerta está blindada y creo que hay una pistola en el escritorio.- Donghae parecía que hablase solo, mientras el rubio intentaba seguir el pensamiento en voz alta que está teniendo.- Así que... Tenemos que ir a por Minho.

Después de medianoche. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora