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Todo estaba listo, la nueva vida les esperaba, inhóspita como es el futuro, dudoso. Ellos estaban confusos por supuesto, inundados de dudas. Pero sonreían, lo hacían el uno para el otro.

En total silencio subieron a la furgoneta de la familia Kim, sus pertenencias, la mayoría de Namjoon pues el castaño no había cogido nada al salir del convento, en la parte trasera del auto.

Namjoon miró a su pequeño en el asiento del copiloto, jugando entre sus manos con el muñequito de Luffy, sonriendo viéndose muy adorable. Le colocó el cinturón y luego lo hizo con el suyo, para arrancar y salir literalmente pitando de allí.

- Todo va a estar bien pronto, encontraré un trabajo antes de que se acabe el dinero que tenemos. - Su vista fija en la lineal carretera que desaparecía en la oscuridad frente a ellos, escasas farolas la iluminaban por cortos tramos. Era muy tarde en la noche pero los dos chicos estaban más que despiertos. - Y bueno... Aún no tengo anillo...

- No seas bobo, lo importante es que aceptaste casarte conmigo y lo haremos en algún momento. - Seokjin elevó el muñeco poniéndolo a la vista del mayor. - Además este pirata es más guay que cualquier anillo, me gusta mucho.

- Me alegro Jinie. Ey, mira allí. - Señaló la montaña que se encontraba a la derecha.

Detrás de la gran elevación comenzaba a salir el astro rey, el cielo era rayado con las tinturas naranjas amarillentas del Sol. El primer amanecer que acariciaban juntos de muchos que vendrían, pues Seokjin era buen madrugador y Namjoon podría despertarse tan temprano como el menor con tal de apreciar y pasar más tiempo con su prometido.

[...]

Todo un día conduciendo prácticamente sin parar, queriendo alejarse del pueblo lo más posibles porque técnicamente habían robado el auto y víveres de la tienda, dinero también, pero daba igual porque se irían tan lejos como pudieran para que fuese imposible encontrarles. Seokjin no estuvo muy de acuerdo con lo de hurtar a los Kim pero no habían alternativas.

Estacionaron en los aparcamientos de un pequeño motel, el primero que por suerte encontraron pues ya anochecía y, a ser posible, no dormirían en el coche. A penas cogieron nada de ropa pues se irían de nuevo a la mañana siguiente, bloquearon el coche y entraron juntos algo cansados.

- Buenas noches señorita, ¿tendrían una habitación libre para pasar esta noche únicamente?

Sí que la había, de hecho eran pocas las habitaciones ocupadas pues el edificio se emplazaba en una carretera poco transitada.

Subieron a la habitación tras pagar por ella y el menor entró arrojando su delgado cuerpo a la mullida cama, mientras Namjoon le veía divertido cerrando la puerta y sentándose en un pequeño sofá de cuero viejo.

- ¿Es cómoda la cama? - Escuchó un sonido que interpretó como un y rió alto cerrando los ojos un momento, conducir era agotador y se había pasado el día entero al volante.

- Jolín, olvidé al pirata en la furgoneta. - Namjoon le miró sonriendo por lo hermoso que se veía despeinado, con su ceño ligeramente fruncido y con un infantil mohín que hacía que arrugase su naricita.

- Se llama Luffy, y podrás pasar sin él por hoy. - Suspiró a modo de queja por no tener el muñeco con él, desde que se lo regaló no lo soltaba. - Además, me tienes a mi aquí, es suficiente con eso.

- Tienes razón, ven a dormir conmigo Namjoonie. - Estiró sus dos finos brazos llamándole como un niño pequeño y adorable. Namjoon estaba preocupado debido a que desde que saliera de aquella "prisión urbana" no podía alejar los pensamientos de tener su primera vez con su prometido, se sentía cómodo con él y estaba preparado.

- Me encantaría lindo, pero primero debo ducharme u oleré horrible, no querrás abrazar a un chico sudoroso y apestoso.

- Eres un exagerado Nam. - Seokjin se levantó quitándose la ropa mientras corría al baño, dejando las prendas tiradas por el camino. - ¡El que se llegue último es un limón podrido y no seré yo!

El mayor se había quedado petrificado desde el momento que el pequeño se deshizo de su camisa. ¿De verdad iba a ducharse con él? La sola idea le inquietaba, le ponía nervioso y sonrojado. Iban a estar desnudos en un reducido espacio, mojados. Si Dios existe esta probando mi resistencia, o esta jugando conmigo, pensaba Namjoon siguiendo los gritos del castaño para que se uniera a él en la ducha.

- Venga Nam me moriré de frío. - No podía creer lo que tenía ante sus lujuriosos ojos.

Seokjin se había desnudado completamente, lógicamente pues iban a ducharse, pero no pudo evitar enrojecer así como tampoco pudo desviar la vista del chico que estaba de pie dentro de la bañera, su piel pálida y rosada en algunas zonas estaba completamente expuesta, su vello erizado debido al aire que le rozaba, mientras se abrazaba a si mismo buscando su propio calor corporal, sus pequeños y lindos ojos abiertos fijos en el mayor para analizar sus reacciones, sus labios separados para coger algo de aire pues no podía evitar jadear al estar en esa situación, sus mejillas mostraban el rubor de verse desnudo por primera vez delante de alguien, de Namjoon, porque Seokjin también estaba muy avergonzado pero al fin y al cabo iban a ser dos personas casadas en algún momento y no quería ocultarse de él.

- M-me daré prisa lindo... - Aún sonrojado y tembloroso empezó a desprenderse prenda por prenda ante la mirada del menor.


"Aprendí que lo mejor que puede hacer la gente es ser feliz y disfrutar mientras vivan, pues Dios quiere que todos coman, beban y disfruten de su trabajo. La vida es un don de Dios."

(Eclesiastés 3:12)

Illusion [ 남진 ] Mini-fic ( 2ª temporada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora