2.

66 2 0
                                    

~ Narra Kairi ~
Me desperté, eran las 7:00 am, me levanté...Aunque he de reconocer que me costó bastante, era como si las sábanas se me hubieran quedado pegadas.

Estaba levantándome cuando de pronto recuerdo una cosa...
¡EL CLUB!
Oh no, mi primer día y se me olvida ir al club de música, ¿qué le digo ahora a Iris y a Lysandro? No he añadido a Castiel porque él estaba conmigo ayer.

Bajé las escaleras y fuí a desayunar, me hice unas tortitas con nutella, (Sí, me apasiona la nutella) y un zumo de piña.
Subí a mi cuarto para coger mis cigarrillos, y si, fumo, sé que no es bueno pero... A veces lo necesito, tampoco abuso.

Los encontré, estaban debajo de mi cama, probablemente los había cogido Mika, bajé corriendo y fui a echarle comida. Después cogí la mochila y fui al instituto andando.

Por cada paso que daba caía una gota de agua, miré al cielo, estaba nublado, vaya, no podría ser en otro momento, mi moto se está arreglando y me la traen el lunes. Salí corriendo como si me persiguieran, de pronto una moto se paró en la carretera, el motorista me estaba mirando, se sacó el casco y era él, Castiel. Me hizo un gesto, diciendo que me subiera a la moto. No lo pensé 2 veces y subí a la moto, tuve que poner mis manos al rededor de su cintura para no caerme. Me sonroje un poco, que estúpida.

Llegamos, me bajé de su moto y le hice un gesto como dándole las gracias, acompañado de una sonrisa pícara. Él me sonrió, y noté como mis mejillas tomaban un claro color rojizo, cosa que causó extrañarme demasiado, a penas lo conocía.

Nada más entrar la rubia oxigenada me hizo un gesto para que fuera con ella, acompañado con una mirada de odio absoluto. Supongo que me habrá visto acompañada de Castiel.

Nos dirigimos al sótano, notando una extraña sensación de desconfianza absoluta.

— ¿Y bien? ¿Qué quieres? —dije con una mirada seria.

— ¿Qué que quiero? Lo sabes muy bien, zorra. — Habló la contraria con una mirada llena de odio y asco.

— ¿Qué me has dicho? Rubia oxigenada. — contraataqué.

— Ahora vas a ver. — Observé como se dirigía a la puerta y la cerraba con una llave. — Li, Charlotte.

— Mhm... tres contra uno... — Alcé una ceja. — Qué juego más sucio, aunque bueno... Sólo hay que veros la cara.. No sabéis con quién os estáis metiendo. — Dije con una sonrisa muy pícara.

— Asco das tu, ¡ahora Li! — Exclamó con una sonrisa cínica en sus labios.

Li me agarró las manos y me las colocó por detrás de la espalda. Charlotte la ayudaba. Yo me sacudía para intentar librarme de las manos pero no podía.

— Tú solita te lo has buscado, te advertí, no me hiciste caso y ahora tienes que pagar las consecuencias. — Habló Ámber molesta, me pegándome una patada en la barriga.

Me tiré al suelo, eso me dolió, pero tarde poco en recuperarme, me levanté, Amber me quería dar una bofetada, pero le cogí la mano y le hice una llave de judo, observando cómo Ámber daba una voltereta y caía al suelo de espaldas. 
Mentiría si dijera que eso no había sido gracioso.

Dirigí mi mirada hasta Li y Charlotte, las cuales miraban atónitas la escena.

— Pero qué! Ya veras estúpida. — Li me intentó dar una bofetada, la detení y la arrodille en el suelo.
En eso, Charlotte aprovechó y me pegó un empujón, tirándome al suelo, mientras que Li se sobaba la mano, retorciéndose un poco en el suelo. Ámber se levantó y vió que Charlotte estaba encima de mi, se acercó y me pegó otra bofetada. Me cansé de hacer el Idiota y fui directamente hacia ella, le pegué una cachetada a Charlotte ( la quite de encima mía y se quedó tirada en el suelo) , me levanté y fui directamente a por Amber, fui corriendo y me tire encima suya, ella estaba abajo y yo arriba, le pegue una última bofetada y me fui.

— Cómo no me dejéis en paz.. La próxima vez será peor. — Las miré muy enfadada. — El que avisa no es traidor. — Me dirigí hasta la puerta.

Forcé la cerradura con una orquilla que tenía, abrí la puerta y ahí se encontraba Castiel, mirándome y sonriendo.

— Vaya vaya. Así que ya le has dado su merecido a esas 3 brujas. — Escuché una risa burlona por parte de Castiel.

— Ellas solitas se lo buscan, y sí, supongo. — Rodé los ojos y comencé a caminar hasta la salida, cosa que no pude ya que una mano me había sujetado el brazo.

Intenté irme pero alguien me agarró de la mano impidiéndomelo.

— ¿Sabes judo? — Castiel habló, alzando una ceja.

— Si, ¿qué pasa?

— Nada nada, me ha sorprendido. — Soltó mi mano observándome.

— Bueno, ahora sí me disculpas tengo que hacer algo. — La molestia todavía se podía notar en mi voz.

Fuí al patio y me senté contra un árbol saqué mi teléfono y me puse a hablar con Kentin, mi amigo de la infancia, el cual estaba enamorado de mi, hace tanto que no lo veo

Conversación Ana y kentin

Hey Kentin, ¿qué tal? Te echo de menos.

¡Hola Ana! Yo también te echo de menos. ¿Todo bien por allí?

Si, he hecho amigos, por extraño que parezca.

Jaja, me alegro mucho por ti Kai, bueno te dejo tengo que ir a clase. Luego hablamos. :)

Vale, adios Ken, hablamos más tarde. :*

Adiós Kai. :*

Fin de la conversación

La verdad es que echo mucho de menos a Kentin.

Suspiré levantándome pesadamente del árbol.
Estaba a punto de apagar el teléfono cuando dos manos se posaron en mis ojos impidiéndome ver.

— ¿Quién soy? — Habló una voz muy familiar.

Me di la vuelta para ver quién era, y no me equivoqué, Kentin estaba en frente de mi.
Me giré y le di un abrazo cargado de cariño y nostalgia.

— Kentin, ¿qué haces aquí? No sabes cuánto me alegro de verte de nuevo, idiota. — Sonreí levemente.

— He venido para darte algo. — Y cuando me quise dar cuenta sus labios y los míos estaban tocándose, sumergidos en un pequeño roce de labios.








 Kentin y yo nos separamos y a lo lejos pude ver a Ámber con Castiel

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.









Kentin y yo nos separamos y a lo lejos pude ver a Ámber con Castiel. Esta nos estaba señalando. Vi como Castiel nos miraba molesto.

Kentin se marchó y Castiel se me acercó.

"Mi mejor error" (CDM CASTIEL & SUCRETTE) EN EDICIÓN.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora