Están conmigo

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Aimi y Kano entraron a la habitación de su hijo. Realmente se veía mal. Tenía el cara hinchada y una gran venda sobre la nariz; marcas rojizas sobre su cuello.

—Ese maldito— kano apretó los puños en signo de impotencia ¿Cómo podía pasarle tantas cosas malas a su hijo?

—Amor, despierta— aimi estaba abrazada a su hijo.

—Dormirá un poco más. Midorima-sensei dijo que le administro un somnífero leve — Hikaru entro a la habitación —Siento llegar tarde.

—No te preocupes— kano le agarró el hombro.

—¿Qué han sabido de Fukuda?

—Ya fue procesado. Secuestro, intento de violación, estrangulación; su novia también presento cargos, al parecer les había robado dinero hace unos meses o algo así.

—Pobre chica.

—Sí... Los Fukuda se comunicaron conmigo, al parecer ya saben de esto.

—Pobres.

—Dicen que están apenados por todo lo que hecho Fukuda.

—Ellos no tiene la culpa ¿Y Akashi?

—En urgencias, se cayó...

—¿Por qué?

—Se terminaron las visitas— un enfermera entro a sacarlos. Los tres besaron la frente del menor y salieron de la habitación.

—————

Abrió los ojos y se sentó. Estaba en una camilla.

—Al fin despiertas. Ya me dieron la noticia— Masaomi le sonrió a su hijo.

—Voy... vamos a.

—Serán padres— a completo la palabra.

—Pero nosotros nos cuidamos ¿Cómo es qué?

—Digamos que yo intervine — Masaomi sonrió.

—¿Eh?

—George les una pastilla del día después... Era un simple dulce.

—¿Por qué?

—Ya quería un nieto...

—Mejor ni decirle a Kōki ¿Cómo sigue?

—Dormido.

—Quiero verlo.

—Habitación 215— Shintarō abrió la cortina —Ya te puedes ir. Sí te duele la cabeza, toma estas pastillas. El golpe fue doloroso, posiblemente se inflame.

—Gracias— tomó la caja y salió corriendo al elevador, lo abordo directo al 2do piso. Buscó la habitación y entro.

—Kōki— le acarició la mejilla hinchada — Ese maldito pagará. Me alegro de que Daiki llegara a tiempo— se sentó en el bordo de la cama y le tomó la mano, la muñeca estaba amoratada.

—————
Sentía que algo lo toco; despertó asustado y confundido.

—Tranquilo, Kōki— Seijūro trato de calmar a su prometido.

Un angustiado Seijūrō lo tranquilizaba —Él...

—Está en la cárcel. Daiki y su equipo llegaron a tiempo.

Se cubrió el rostro o eso intento —¿Qué?

—Te lastimó la nariz. Un quiropráctico la acomodo en su lugar— se acercó a Kōki poco a poco y trato de besarlo —Me alegro que estés bien...

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