Nunca me gusto la escuela. Realmente la detesto.
Nadie me cree esto. Piensan que quizás solo lo digo porque me fastidia estar allí. No, no es fastidio. Es que odio estar allí.
No me gusta la gente y sus comentarios e idioteces.
No me gusta la gente juzgandome, ya sea por como me veo o por mis notas.
Odio que los demás no entienden el hecho de que sacar buenas notas no significa que soy la persona mas inteligente del mundo.
La gente ni siquiera se puede parar a pensar en que sucede algo más en tu vida a parte de lo que pasa en la escuela.
Que no sea buena en deporte no significa que sea una holgazana.
No poder completar un ejercicio de matemática no me hace una idiota.
Mi actitud al exponer no son solo nervios. Es pánico.
Me resulta demasiado difícil socializar con los demás. Me gusta leer y estar sola.
Hace mucho tiempo dije que prefería clases particulares. Y lo decía en serio. La única respuesta que obtuve fue que mi poca vida social se terminaría. Sigo prefiriéndolas.
Esta etapa se acabará pronto, y lo único que realmente deseo, es que la universidad sea diferente y yo por fin cambie.
