23.Veintitrés

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Él estaba ahí... él la estaba mirando y era imposible, esto era imposible al menos para ella.

–Peyton ¿Qué haces aquí?–Preguntó la muchacha sorprendida y decepcionada.

–Elle yo...soy anónimo.

Y fue el momento menos indicado para ponerse a llorar, las lágrimas salían por si solas y no era por la tremenda decepción al contrario era por el dolor que ardía en su pecho.

–¡¿Es una broma?!–Gritaba Elle entre llantos.–Te difamaste en una nota cuando te enteraste que lloraba...que lloraba por ti, eres un...–Calla.–Tu sabías lo que sentía por ti, todos lo sabían coqueteaste con mi mejor amiga en mis narices ¿Y por qué lo hiciste? ¿Por qué te parecía un buen juguete?–Decía la chica con impotencia.–¿Por qué me haces esto? Eres un maldito, te ibas con cualquier chica y te atrevías a escribirme notas románticas, eres un estúpido por hacerme creer que alguien me quería de verdad, por tratar de mostrarme que el amor podía ser real...

Él chico se mantenía en silencio mientras sentía los clavos que atacaban directo a su corazón.
Él le hizo daño y era tarde arreglar lo que había perdido.

–No necesitabas jugar con mis sentimientos, no soy tu juguete Peyton. No me hables, no me mires y no me escribas. Alejate de mí porque me haces mucho daño y no imaginas cuanto...

***

Muy cerca del final.

Elle ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora