Rai
Cuando la vi desmallarse, no sabía qué hacer. Ni siquiera había sabido reaccionar para poder cogerla a tiempo, por lo que se calló de culo contra el suelo.
La cogí en brazos y decidí llevarla lo más rápido posible a mi cabaña, ya que si aparecía algún enemigo o los soldados, no iba a poder defendernos a los dos. Lo cierto es que no pesa nada, peso pluma diría yo.
Llegué antes de lo que pensaba así que tuve tiempo suficiente para salir a buscar leña para encender un buen fuego. No es que yo pasara frío, es por ella, aunque esté desmallada, quiero que esté en las mejores condiciones posibles. Antes, de encenderlo, la tapé con una manta, ya que hacía fresco y ella parece que tiene la piel bastante delicada. Me quedé un rato mirándola, parecía la Bella Durmiente, solo que más hermosa aún. Creo que será mejor que deje de mirarla porque si se despierta, me daría mucha vergüenza que me pillara.
Decidí ir fuera, a respirar aire fresco. No me iba a venir mal. Puedo aprovechar para cazar algo fácil.
Laura
Cuando abrí los ojos, no reconocía nada. ¿Y si los soldados me habían secuestrado? O peor aún, ¿se habían llevado a Rai? No quería que le pasara nada, ese chico me importaba. Espero que estuviese bien.
Pero en cuanto me incorporé, me vino de frente un olor muy familiar, creo que estoy en la cabaña de Rai, en medio del bosque. Pero, ¿dónde está él?
-¿Hola?- nadie contestó, eso me preocupó bastante.- ¿hooola?
Me levanté de un saltó y me puse mi chaqueta, que estaba posada en una silla a mi lado. Abrí la vuelta y salí corriendo a toda velocidad.
Más o menos a tres kilómetros de la caseta, tuve que parar porque era completamente de noche. Pero no podía caminar ni un paso más sin saber dónde estaba Rai. Me fallaron las piernas y me caí de rodillas contra el suelo. Tenía tanto miedo de que se lo hubiesen llevado que las lágrimas se asomaron por mis ojos y cayeron una tras otra. Me levante al oír un ruido y me escondí detrás de un árbol. ¿Y si eran ellos? No podía esconderme para siempre, así que cogí un cuchillo que me había dado él y rodeé el árbol. Acabé con mi cuchillo en el cuello de Rai.
-Uo Uo Uo tranquila, Laura- levantó los brazos en son de paz.-Que no muerdo.
-¡Pero bueno! -Por segunda vez, la presión me pudo y comencé a llorar.-Casi te rajo el cuello.
Él me abrazó tan fuerte que no podía respirar.
-Shh, cálmate. No pasa nada, nadie ha salido herido.-enredó sus dedos en mi pelo y me apretó junto a él.- Todo va a salir bien, no te preocupes.
-No me lo hubiese perdonado. Pensé que te habían secuestrado los soldados y que no te iba a volver a ver nunca. O que me habías delatado al Rey y te habían dejado en libertad y...
-Eh, que te quedé claro que yo no te voy a abandonar nunca. Puedo ser muchas cosas: aburrido, infeliz, tozudo, gracioso a veces,... –No sé a dónde quiere llegar con eso- Pero no soy cobarde, no te cambiaría por nada ni nadie.
Aquello fue la gota que colmó el vaso. No iba a poder dejarle jamás. Estaba enamorada de ese chico.
Rai
¿Y ahora qué hago yo? Lo cierto es que ya no puedo resistirme más a ella, es demasiado para mí.
-Laura, ¿puedo pedirte algo?
-Lo que sea, pero que no signifique estar lejos de ti- tenía los ojos brillantes de haber llorado anteriormente.
-La cosa es como decírtelo...-no sabía cómo empezar- ¿Puedo... darte un beso?
Ella se me adelantó y pegó sus labios a los míos, pero en ese beso había calidez, creo que ella no quería que se lo hubiese preguntado.
Cuando nos separamos, ella me cogió la mano y habló:
-Nunca le he dicho a nadie esto, así que prepárate para oír la cursilada más grande del mundo.- me reí como nunca lo había hecho en mi vida- Te quiero, Rai. No puedo ocultarlo más.
-No es cursi en absoluto. Yo también siento que mi corazón va a mucha más velocidad cuando estamos juntos.
Se me saltaron las lágrimas, nunca me había pasado. La abracé y nos dirigimos a mi casa.
-Nunca voy a poder dejarte, Laura. ¿Lo sabes, verdad?
-Es exactamente lo que pienso yo.-me miró y sonreí al verla feliz.
ESTÁS LEYENDO
El bosque de las almas perdidas
FantasyEl Bosque puede ser peligroso si no sabes con qué criaturas te puedes encontrar. Corre, defiéndete, huye y trepa para sobrevivir. No confíes en nadie, quien menos te esperas puede traicionarte. Aunque el enemigo no siempre es quien tú crees...Y lo m...