No puedes confiar en nadie

Lana

Ryan tenía 20 años al conocer a Cat, pero sentía que la conocía de toda la vida, pero no podía hacer nada al respecto, tal vez ella se asustaría.
Él tenía una novia, Lana, llevaban unos meses, entraron juntos a la universidad, un año antes que Cat, Ryan solo estaba con ella porque le daba compasión, tenía problemas con las drogas, cuando se conocieron ella empezó a dejar todos sus vicios menos el cigarro, se enamoró de él porque la había ayudado a salir del peor mundo que conocía. Ryan pensó tantas veces en dejarla, pero creía que podía hacer una tontería si lo hacía.

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Los mejores momentos de la vida de Lana habían sido con Ryan, no tuvo una gran vida antes de la univesrsidad, su madre murió el mismo día que Lana cumplió 10 años, su padre se deprimió mucho durante un año, pero Lana era tan parecida a su madre que su papá la odiaba, empezó a abusar de ella a los 13.

Cuando cumplió 16 trató de conseguir ayuda, pero nadie quería ayudarla, pues su papá era un gran empresario, tenía las de perder siempre, hasta que un día el hermano de su madre, un abogado dijo que la ayudaría, siempre y cuando prometiera que no tendría problemas después de eso, promesa que no cumplió, había estado detenida varias veces por distintas cosas, robo, allanamiento y porte de drogas, no había ido a parar a la cárcel nunca, pero estuvo a punto cuando conoció a Ryan, ella lo vio por primera vez en una fiesta, los presentaron porque Ryan quería comprar algo de droga y ella sabía perfectamente como conseguirla.
El día que Lana y Ryan acordaron verse para entregarle su pedido él fue al dormitorio de ella, pero ella estaba a punto de morir de un sobredosis, Ryan la llevó hasta el hospital y estuvo cuidándola hasta que estuvo mejor, ella quedó enamorada de él desde ese momento, lo que no sabía era que Ryan solo tenía miedo de dejarla por si eso se repetía.

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Ryan era muy buena persona con todos, pero con el tiempo aprendería que no podía serlo con todos. Aprendería a la mala.