Capitulo. 25

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-Estamos en la institución.-Susurro Mario, sin dejar de mirarme.
Lo mire, y moridi mi labio inferior.-Eso lo hace más exitante.-Le dije sensualmente.

El sonrio, mostrando sus dientes blancos. Su sonrisa mostraba malicia,  eso me prendió aún más.

Baje la cremallera de su pantalón e hice fuerza para sacar su erección sin lastimarlo.

-¿Ya has hecho esto o es tu primera vez?-pregunto,  pasando su mano por mi mejilla.

Así qué esto era lo que había que hacer para tener a Mario tranquilo.

-Ya lo he hecho.-admití con un poco de timidez.

-Ah. -asintió, mirando hacia otro lugar.

-Pero estoy segura de que contigo lo voy a disfrutar. -susurre acariciando si erección.

Me miro rápidamente,  y mordio su labio inferior. -Ah, ¿si? -su voz era ronca.

-Si. -asentí de forma inocente.

Comenze a mover mi mano de arriba abajo por su longitud,  logrando que el sacara el primer suspiro.  Su mirada era fija en la mia. Sus manos vinieron hacia mi cabello y me lp tiró hacía atras. Despejando mi rostro.

-Profesor Bautista. -tocaron la puerta con urgencia.

Solte su ereccion y lo mire nerviosa.

Mario miro hacia la puerta rapidamente y, trago saliva. -Mierda. -espetó.

Recorrió la silla hacia dentro del escritorio,  dejandome jodidamente estrecha. Abrio sus piernas para darme mas espacio,  me meti entre ellas y suspire. Parecía metida dentro de una caja. -Siga.-exclamo el.

Escuche un sonido de unos tacones acercandose al escritorio. -Profesor Bautista,  aqui le traigo el taller que nos dejo como tarea ayer en la mañana. Se la traigo desde ahora porque ahora tengo una cita medica y tendre que dejar la institución antes de que termine la jornada.

-Vale. -Escuche a Justin. -Dejeme revisarlo.

Rodee los ojos,  y mire si ereccion, todavia dura. Endemoniadamente dura. Dios.

Mario, llego tu hora de pagar por lo que me hiciste.

Pasee mis manos sobre sus piernas, Pase mis manos sobre sus piernas,  sintiendo la tela del pantalon gris que llevaba puesto. Llegue a su erección  y volvi a retomar mi ritmo. Comenza a  acariciarlo de arriba abajo.

La mano de Mario bajo, intentando apartar mis manos de ahi.

-Profesor Mario ¿Puedo hablar con usted?-Escuche la voz de la otra chica.

El dudo un momento para responder. -¿No puede ser ahora mas tarde? -Pregunto,  aun intentando guardando su miembro dentro del boxer.

-Queda imposible. -Dijo la chica.

-Entonses, espere un minuto deje revisar esto. -Espeto Mario.

Acerque mi boca a uno de los dedos de su mano,  y le di un pequeña mordisco.  El saco la mano inmediatamente de ahí,  para volverla a colocar encima del escritorio.

Sonreí con malicia,  y decidí que lo atormentaria mucho más.
Saque mi lengua, y pasé lentamente por la puntica del pene de Mario. Sentí quê su cuerpo se tensó. Sonreí, y abri mi boca para succionar su glande.

-Oh...  Mierda. -escuche decir a Mario. -Tengo un... dolor de cabeza terrible. -agregó.

Las estudiantes seguian ahi.

Volvi a pasar mi lengua por los alrededores de su puntica,  lentamente,  torturandolo. Ya podia saborearlo y eso que no habia llegado.

-Ya esta. -oi a Mario decir.
-Gracias profesor Bautista. Que tenga buena tarde. -La escuche salir de la oficina.

Faltaba una.

Me aleje un momento de su erección.

-Dígame, ¿Qué necesita? -pregunto Mario.

-Bueno, en realidad... -La chica empezo a explicarle sobre algo que yo no alcanzaba entender.

Volvi a acercar mi rostro,  abri mi boca y mordi su puntica, haciendole sobresaltar al segundo. Su mano volvio a bajar,  buscando algo. La estudiante hablaba rápidamente,  como si no se cansara. Tome atencion de Mario, y la acerque a mis labios, para besar sus dedos,  mientras mis manos acariciaban su erección.

-Vale,  les llamare la,atencion despues en cuanto salgan de clase. -anuncio mario, con voz debil.-

-Gracias, profesor. -exclamo la chica.

-No hay de que. -murmuro.

Escuché que la puerta se cerro,  y senti que Mario alejo la silla en la que estaba sentado,  para mirarme a los ojos.

-¿Te has divertido? -pregunto molesto

-Demaciado. -dije con ganas, acercandome una vez mas a su dureza.

Volvi a guiarlo a mi boca,  y seguí succionando su glande.

Metelo por completo. -gruño

Lo mire a los ojos,  y deslice mis labios por su miembro,  o almenos lo que pude.

-Oh, así nena. -Llevo sus manos a mi cabeza y presiono con fuerza.

Segui moviendo mis labios de arriba abajo por su erección, aumentando la velocidad poco a poco.

-¿Dejaras que me venga a tu boca? -pregunto, sorprendiendome por completo.

Eso se escuchaba tan pervertido. Oh,  dios,  no sabia que Mario podia ser tan caliente.

Deslice mis labios hacia afuera y lo mire a los ojos. -No,  ¿Sabes porqué? Porque mi intención no es que tengas un orgasmo.

El funcio el ceño. -¿Que? -solto

-Ahora, estamos a mano Mario. -Me levante.

***

¿Le sigo?  🔥🔥

SEDUCIENDO A MI PROFESOR *Mario Bautista Y Tu*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora