✨Capítulo 1✨

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—Arriba, Vaga. Tienes colegio.

—Mmmmh.. No hay razones para ir.

—Te daré Nutella.

—Y por eso digo que es necesario asistir al colegio. —Me descubrí las piernas y me puse de pie mientras escuchaba la risa maniática de mi de mi mejor amiga.

Entré al baño y me di una ducha larga. Cepillé mis dientes, elegí mi ropa habitual (Jeans negros, Suéter gris con un gato hipster y mis converse negros). Luego de salir del baño, me acerqué al espejo y até mi pelo en una trenza desordenada. Apliqué labial a mis labios y listo.

—Listo. —Le avisé a Marianny.

—Ay, Dios. Que desastre. —Me miró asustada.

Rodé los ojos y me senté en el pequeño mueble de mi habitación.

Anny me desató la trenza y me peinó adecuadamente.

—Ya, ahora pareces persona. —Sonrió de lado.

—Ja-ja, que graciosa. Vámonos, ya es tarde.

Tomamos nuestros bolsos y salimos de mi habitación. Bajamos las escaleras, nos despedimos de mamá y papá y salimos de casa.

Caminé hacia las escaleras pero me detuve al ver que Marianny no me seguía.

—¿Esperas que baje todas esas escaleras con estos zapatos? No, querida.

Bufé y caminé hacia el ascensor. El cual, en menos de tres segundos, abrió sus puertas. Entramos en él y presionamos el botón '1L'. Las puertas se cerraron pero al segundo se volvieron a abrir.

Allan Matthew entró al ascensor y nos miró con una pequeña sonrisa

—Buenos días. —Saludó.

Rodé los ojos.

Odio a ese chico.

Allan Matthew es el típico chico engreído y popular que hay en todos los institutos. Solo que aquí, es diferente. Él, aparte de ser popular, es el 'Rey'. Se le catalogó así porque suele 'manipular' todo a su antojo. Siempre consigue lo que quiere.

—Buenos días. —Contestó Anny con una sonrisa de oreja a oreja.

—Alguien amaneció de mal humor. —Observó Allan.

—Tu cara me pone de mal humor. —Contesté.

—Rara. —Murmuró.

Iba a contestar pero en eso el ascensor abrió sus puertas.

Salí con cara de pocos amigos.

¡Ahg! Cuanto odio a este chico.—Pensé.

—¿Quieren que las lleve? —Nos preguntó.

—No, gracias. Por si no te has fijado, podemos irnos caminando, es mejor. —Le dediqué una sonrisa falsa, agarré a Marianny por la muñeca y la arrastré conmigo hasta la salida del apartamento.

—¡Como quieras, chica nerd! —Fue lo último que escuché antes de comenzar mi camino a la escuela con Marianny.

Volví a rodar los ojos.

—Bien... Eso fue intenso. Emm... ¿Qué haremos hoy al salir de la escuela? —Habló Marianny después de unos minutos del silencioso recorrido.

—Dormir todo el puto día, lo necesito. Anoche no dormí nada de nada por el montón de tareas. —Le contesté.

—¿En serio? Pero... Hoy es viernes. Todos los viernes hacemos mega-pijamadas. —Me dijo haciendo un triste puchero.

Solté un suspiro. —Lo sé...

El Chico del AscensorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora