¿Me dejas entrar? - DIVAJEJO

PARA NOSOTROS

- Mi boca responde y siento sus desesperados besos mientras me coloca por completo debajo de él. Quiero tocar su cuerpo, sentirlo, y eso hago. Toco su pecho desnudo y jadeo al sentir que muerde mi labio inferior.

- Alejo no muerdas- digo en tono burlón y se me escapa un gemido al final.

- Pará de hablar bebe, estoy tratando de controlarme- dice y sus besos se dispersan por toda mi cara, yo rio y suspiro. Alejo ataca mi cuello dejando besos húmedos y soplando sobre él, mi pecho sube y baja arrítmicamente y parece gustarle.

- Podría vivir en tu cuello- suspira y acaricia mi cintura-

- Alejo, debemos bajar- digo separando un poco mi cuerpo de él. El mayor suspira y se recuesta a mi costado, no sin antes besar por última vez mis labios

- No creo que les importe si te secuestro esta noche- me abraza posesivamente otra vez

- No puedo hacer esto Alejo, dijiste que seriamos amigos, luego nos besamos y me dices que lo olvide, después bromeas conmigo, y al último me vuelves a besar y me toqueteas, no quieras jugar conmigo mamahuevo – la divaza termina de salir y alejo ríe un poco mientras niega con la cabeza

- No sabes lo increíble que me parecés- acaricia mi cara

- Ya basta, no me confundas- aparto su mano

- Pedro, lamento no haber sido lo suficientemente valiente como para decírtelo desde ese dia, me gustás y mucho- se mira sincero y no puedo evitar sentir mi corazón golpear con fuerza cuando lo dice-

- Tú..., ¿te gusto?- pregunto, Alejo se pega a mi y me abraza, maldito meloso.

- Demasiado, me gusta tu forma de ser, tu originalidad, tu sencillez, tu sentido del humor, la forma en la que vez las cosas, tu hermosa cara, tus bellos ojos negros, tus labios perfectamente besables- me besa- me gusta todo de ti pedro o divaza , quien quiera que quieras ser.- 

Luego de eso, no recuerdo si seguía respirando. 

NARRA ALEJO:

No podía soportar más sin tenerlo a mi lado. Para mi todo siempre a sido un poco complicado. Jamás había sentido esto, si hubiera sido con otra persona, lo hubiera ocultado, pero con Pedro no puedo, todo él me alegra el corazón. La forma en que asume las cosas, su manera directa de decirte lo que piensa, esa mirada penetrante que posee y sobre todo la capacidad que tiene de hacerme perder la respiración cada que sonríe.

Todo eso me hizo besarle la primera vez, sin embargo me aparté de él por miedo, por miedo a lo que dirán las demás personas. Sé que eso no debe importarme, pero es inevitable, todas estas personas, las que me ven mediante  y algunos amigos aún no saben sobre mi orientación sexual.

- Alejo apúrate, nos esperan en el vestíbulo- me dijo el moreno mientras de colocaba bien la camiseta. Me recordó lo exquisito que era tocarlo.

- No no podemos quedar?- le pregunto lanzándome a la cama, Pedro negó por décima ve desde que se paro de la cama. Sheryll lo había llamado diciéndole que nos esperaban solo a nosotros dos.

- Es el ultimo día en Israel, quiero pasarla bien con todos, me han caído muy bien- dice con melancolía en su voz, me acerco al él y trato de consolarlo con un pequeño abrazo y beso en la frente.

- Eres lo mejor de este viaje- le digo con sinceridad mientras lo tengo pegado a mi pecho, siento que sonríe contra mi pecho y nos despegamos para salir de la habitación.

- Alejo...- me llama mientras esperamos el ascensor.

- Dime- le miro 

- ¿como actuaremos en frente de los demás?- me mira con frialdad

- Bueno yo...-me atraganto con mi saliva- ¿podriamos dejar esto para nosotros por ahora?- digo de forma rapida. [Eres un idiota Alejo Igoa]

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