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"¿Arlette?" Luke había fruncido el ceño cuando me miró desde lo lejos, a pasos rápidos vino a mí. Mi semblante estaba serio, pero algo hizo que lo suavizara, tal vez pensar que él estaba pasando por un mal momento.

"Hola, Luke, ¿Estás bien?" le pregunté, mientras me cruzaba de brazos, la suave brisa de la noche intentaba colarse entre mi chaqueta, así que me encogí.

"Yo... sí, lo estoy."

"¿Seguro?"

Su labio inferior tembló, pero aun así me mostró una sonrisa. Oh Luke...

"¿Cómo estás tú?" me preguntó, miró sobre mi hombro y luego a mis ojos. "¿Me extrañaste?"

Sonreí, pero asentí. Fui sincera.

"Ven aquí." Dijo, alzó sus brazos hacia mí y me atrajo a él, envolviéndome en un fuerte abrazo, su barbilla estaba apoyada en la coronilla de mi cabeza y pasé mis manos por su ancha espalda, sin creer que él fuese real.

"Me alegra verte, Luke."

"A mí también, Arlette." Me dijo, pero de nuevo esa mirada llena de tristeza había cruzado su rostro, haciéndome dudar.

"Luke." le llamé. Él se apartó de mí, pero nunca dejó de sostenerme las manos, acarició el dorso de estas con sus pulgares y juré morir. "¿Seguro que estás bien?"

Él había dejado caer mis manos. Con dolor me tragué el gran nudo de mi garganta y le observé el silencio.

"Es difícil..." murmuró.

"Está bien, no tienes que decirme, respeto..."

"El viernes que no vine a trabajar, falté porque se cumplían cuatro años de que... de que mi papá falleció."

Aquello había sido como una granada directo a mi interior, saber eso me dolió, sentí lo mismo que él, pude percibir su tristeza en sus ojos azules y eso me torturó. No debí haber preguntado, o quizás sí, pero no insistirle, pero, ¿Cómo iba a saber yo que ese era el motivo de su desdicha?

Entonces me le abalancé, enrollé mis brazos alrededor de su torso y hundí mi rostro en su pecho, sabía que le había tomado por sorpresa, pues tardó unos segundos hasta que me devolviera el abrazo.

"Lo siento tanto."

"No importa, Arlette." Susurró y depositó un pequeño beso en mi frente. Me encogí de ternura y eso hizo que no quisiese soltarle nunca.

No quería alejarme de él nunca.

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