Capítulo cinco.

25 2 0
                                    

El día 10 de octubre los recibió con los brazos extendidos, con esa brisa fría otoñal que provocaba que los vellos de sus tersas pieles. El dolor de cabeza no tardó en hacerse presente en la habitación en donde los dos jóvenes descansaban a pierna suelta sobre la desarreglada cama, testigo de lo que ocurrió la noche anterior, y arruinarles el día. 

El primero en despertarse fue Toby, el que menos sufrió las consecuencias de consumir alcohol. Cuando sus ojos se conectaron con el cuerpo desnudo de Joshua tendido sobre el colchón mullido de la cama, con las suaves sábanas níveas acariciando sus muslos y dejando a la vista un corpulento y bien trabajado cuerpo. Su rostro sumido en la paz y sus labios carmesí entreabiertos por alguna razón tentaron al rubio a realizar una estupidez, la cual prefería guardar en un rincón oscuro de su mente y no volver a mencionarla.

Para cuando los ojos de Joshua se abrieron lentamente, mientras un tierno bostezo se escapaba de aquellos labios prohibidos, el reloj marcaba las 2 de la tarde y no había señal del menudo rubio. No tomó en cuenta el hecho de que estaba despojado de sus prendas, quizás si y tan sólo lo ignoró. Observó a su alrededor, notando que a unos pocos metros había trozos de vidrio, probablemente provenientes de una botella de Whisky que había tenido un fatídico final... ¿botella de Whisky? Fue capaz de recordar luego de unos segundos de espabilarse en el borde de la cama. Pero, mientras a su mente acudían fragmentos de recuerdos en donde era capaz de apreciar la bella sonrisa de su compañero, una pregunta rondaba en su cabeza y ocupaba cada rincón de sus pensamientos;

¿Qué demonios pasó luego?

  El dolor de cabeza lo azotó con fuerza de manera improvista y un gemido involuntario cargado de dolor se escapo de su garganta, el día había comenzado demasiado perfecto para poder ser verdad. Escuchó unos pasos, suaves y delicados, provenientes de un cuerpo que carecía de mucha masa muscular. Cuando levantó la mirada con cuidado, aún con aquel horrible dolor reinando en su cabeza, pudo divisar como la pequeña figura de Toby se acercaba lentamente, asemejándose a un animal asustado que sabía que había cometido un error y esperaba los gritos de su dueño.

Sólo estaba cubierto por una camisa que lograba cubrirle la mitad de sus muslos, cabe aclarar que era su camisa blanca, y le quedaba malditamente bien, pero estaba más que claro que eso no lo pronunciaría en voz alta. Aparte de ser terco, arrogante y claramente obstinado, era increíblemente orgulloso, y prefería los halagos a su persona que darlos. Pero de todas formas no pudo evitar morderse los labios al ver las piernas color nieve de su... ya no vale la pena decir compañero porque, querido lector, ambos sabemos que en estos instantes eran más que sólo eso, lo que sean que sean una conexión ardiente de pasión los conectaba.

-¿Toby? -murmuró él con la voz ronca. Sentía la garganta seca y la opresión de su cabeza no paraba, dolía como el infierno en el que Toby parecía ser el ángel que extinguiría esas llamas.

-Toma -murmuró con las mejillas sonrojadas, extendiéndole un vaso de jugo de naranja exprimido a mano y una diminuta pastilla blanca. 

Que tierno, fue el primer pensamiento de Joshua al verlo, para que luego a su mente acudieran algunas palabras que lograron que se atragantara con su propia saliva.

 No pudo evitar que una sonrisa alegre adornara su atractiva fisonomía, apreciaba la consideración de su compañero, novio, amante o, repito, lo que sea que sean.

-Gracias -agradeció y, cuando sus manos tomaron aquellos objetos que él le estaba ofreciendo, sus dedos lograron rozarse. Sintió un escalofrío que recorrió su espalda breve-mente, tomo rumbo por su estomago y finalizo en su miembro viril, por más perverso que aquello suene.

¿Qué demonios le estaba pasando?

Toby observó pacientemente con los labios apretados, como siempre hacía para contener las palabras, como ingería la menuda pastilla, pudo apreciar como su notoria nuez de adán se movía, luego aguardo algunos segundos extra a que el medicamento hiciera efecto en su organismo. Cuando el dolor disminuyó lo suficiente como para saber cual era su nombre, se lo hizo saber para que comenzará su breve discurso.

-Yo, hum... -comenzó avergonzado, bajando la mirada a sus suaves manos que se removían ansiosas-. Este... tú y yo nos... ehm... pasamos de copas y... terminamos teniendo sexo -finalizó, con su expresión sumida en la in-expresividad pero con sus mejillas teñidas de los colores del tomate.

¿Por qué la respuesta no preocupó ni repudio a Joshua? Se preguntaba Toby, viendo su expresión sosegada y mirada con leves destellos de diversión, y no podía faltar aquella sonrisa entre burlona y dulce. No tuvo la misma reacción que él, que estuvo al borde de un colapso y dio veinte vueltas en el mismo sitio recapitulando todo lo sucedido, si no todo el efecto contrarió. Las comisuras de sus labios se elevaron y en su mejilla se formo aquel tierno hoyuelo que él, secretamente, siempre amo. 

-Toby, yo soy bisexual.

Bien, eso Toby no se lo esperaba.

Ese día, nada salió como Toby tenía planeado para su lunes. Esperaba quedarse en su pobre departamento (que, comparado con la hermosa mansión de Joshua, era un basurero) comiendo dulces y deprimiéndose viendo películas románticas que lograran hasta empalagarlo o investigando más a fondo el caso de Nevaeh Wilmer (que se había vuelto su obsesión resolver), buscando pistas o relacionado algunas cuestiones que sentía que era como tratar de detener la lluvia con las manos. Pero definitivamente no esperaba, pero cabe destacar que deseaba, despertarse y encontrarse con que, ¡oh, sorpresa, sorpresa! tuvo sexo con su compañero de trabajo cuando estaba al merced del alcohol.

Por Dios, ¿quién diría que el tierno Toby Adams, la persona más amable y comprensiva que existía, había dejado con cojera al pobre Joshua? Blumer aún se negaba ante ese hecho, ya que él juraba y volvía a jurar que nunca fue el de abajo, quejándose a los cuatros vientos cada tres segundos sobre aquel hecho. Además, Toby tuvo que quedarse para ayudar a su compañero del trasero roto, lo cual no fue nada cómodo para él ya que se sentía raro a su lado.

 Su día libre se basó en nada. Toy no pudo relizar las actividades poco productivas que se proponía y Joshua no pudo salir al gimnasio o ir a alguna fiesta, simplemente se quedó tirado en la cama, sufriendo por el dolor de ano que no lo torturó incluso más que la resaca, mientras Toby lo consolaba con chistes malos y palabras tiernas. Joshua odiaba aquello con su alma entera (el dolor, el estar con Toby le encantaba).

 Ambos odiaban el alcohol.

 Para pasar el tiempo, decidieron realizar su trabajo como era debido, o bueno, el menor lo decidió. Toby se acomodó en la cama, a su lado, y le comentó cuestiones que creía muy importantes para continuar la investigación. 

-Recordé que dijiste que sólo pudo entrar alguien que él conociera y frecuentara el lugar, ¿no? -preguntó Toby, sacando de su carpeta una hoja y extendiéndose.

 Joshua la tomó, sintiendo los dedos de Toby y de él rozarse y aquel frío escalofrío recorriendo su piel. En el inició de la hoja aparecía una foto de Matthew y todo un pequeño informe de actitudes que lo hacían sospechoso, más la teoría que creía más acertada. Toby era muy responsable y no le preocupaba el realizar la mayoria de las cosas solo. Mejor para él, decía. 

-Patrick aclaró de que Matthew estaba siempre detrás de Nevaeh, ¿no? Entonces tiene sentido, se conocían desde pequeños y el que resguardaba la casa estuvo con Nevaeh desde niña, por lo que debía de conocer perfectamente al joven Matthew. No pudo ser difícil -se acomodó y agregó-. Además el hombre (con quien me comunique mediante redes sociales y ya he solicitado una interrogación más privada que se realizará pronto, aclaro) me comentó de que vio salir al joven Matthew furioso -se cruzo de brazos, con el ceño fruncido y una mirada profunda, pensando e indagando entre teorías y pensamientos inaccesibles para el mayor.

 Joshua tenía sus pensamientos en otro lado.

 Blumer era muy impulsivo (otra cualidad más agregada: terco, arrogante, obstinado, orgulloso y, para variar, impulsivo), por lo que hizo caso al instante a sus impulsos y besó tierna-mente la nariz respingada de Toby, quien la arrugo confundido y abrió sus ojos sorprendido. Sus mejillas se colorearon del color del atardecer y mordió levemente sus labios, una manía que tenía cada vez que se ponía nervioso.

 ¿Verdaderamente él había sido el dominante la noche anterior? No lo creía. 

-Tengo que defender mi orgullo, Toby -ronroneo su nombre en su oído, causándole un escalofrío-. Hoy te enseñaré quien manda -murmuró cerca de sus labios y para luego atacarlos de manera feroz y necesitada, mientras poco a poco sus cuerpos se recostaban en la mullida cama con una ternura dominante.

 ¿Qué demonios le estaba provocando aquel pequeño enano?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 07, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Oculto en páginasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora