Our Secret

CAPÍTULO 7

— Sakura, ¿estás bien? De pronto te has puesto pálida — Itachi parece preocupado. No sé si es por mis pensamientos o el embarazo, pero de pronto me siento muy mareada.

— Estoy bien, solo necesito un poco de aire — Dicho esto, salgo corriendo de la cueva y me alejo unos cuandos metros.

No pude correr demasiado porque el mareo me hizo tropezar, por fortuna logro detenerme de la pared y evitar mi caída. Mi estómago está revuelto así que eso; sumado al vómito que vino después, confirmaba que el mareo es debido a mi embarazo. A tropezones logro llegar al río para enjuagar mi boca y refrescarme un poco; esto será difícil.

— ¡Aquí estas! ¿Qué pasó? ¿Por qué salíste así y no regresaste?

— Lo siento Itachi, no fue nada en realidad. Es solo que, como estoy ya en mi segundo mes de embarazo, creo que han comenzado las náuseas y mareos.

— Eso es normal. Entonces, ¿Todo bien? 

— Si, les dije que solo necesitaba algo de aire.

— Bien entonces regresemos, creo que es hora de despertar a Deidara... no estará feliz — Suena divertido y sonríe como un niño pequeño que acababa de hacer alguna traversura.

— Tal vez tengas razón.

— ¿Cómo te atreviste a hacerme eso a mi? ¿Quién te crees que eres?

— ¡NO ME DEJABAS DORMIR RUBIO IDIOTA!

— ¡NO ME IMPORTA Y NO TE ATREVAS GRITARME MOCOSA CREÍDA!

— ¡SE ACABO NO PIENSO SEGUIR PERMITIENDO QUE ME HABLES ASÍ!

  — Si Deidara no estuviera muerto, probablemente ella ya lo habría matado — Escucho decir a Kisame mientras golpeo al rubio. 

Deidara es tan idiota que me recuerda, de cierta forma, a Naruto. Sin embargo, le falta su paz; su entusiasmo y facilidad para hacerme sentir segura y confiada. Deidara no es Naruto y nunca lo será, pero me agrada que se parezcan aunque sea un poco; ayuda a mantener vivo el recuerdo de un pasado que, a pesar de todo, es lindo y divertido.

— Nota mental: No volver a gritarle a Sakura — Jadea Deidara desde el suelo.

—Agradece que tu cuerpo se regenere solo o ella tendría que curarte y dudo que lo desee — Le dice Sasori quien, aunque serio, suena divertido.

— ¿En qué piensas Sakura? — Me pregunta Nagato mirándome curioso, probablemente esperaban que respondiera algo a la conversación de los dos Akatsuki amantes del arte.

— Es solo que estoy pensando de qué manera podríamos hacer más habitable este lugar. — Se miran entre ellos y después me miraran a mi como diciendo: ¿A qué te refieres? ¿Te sientes bien?
>> Vamos chicos, no porque ustedes estén muertos y yo esté escapando significa que tenemos que vivir en una situación poco cómoda. — En ese momento, tengo un flashback que me hace dudar lo que decia.
>> Sé que sus guaridas estaban en cuevas, pero piénsenlo no tiene que seguir siendo...

— Alto ahí niña de cabello rosado. Sí, éramos delincuentes y de los más buscados, pero no te equivoques no vivíamos en cuevas. ¿En qué siglo crees que vives?

* Rubio odioso *

— ¿No... no vivían ahí? - Los cinco cadáveres negaron.
>> ¿En dónde vivía entonces?

— La mayoría éramos... nómadas. Íbamos de aldea en aldea realizando distintos trabajos y nos alojábamos en hoteles y posadas. Excepto Nagato y Konan ellos vivían en la Aldea Escondida entre la Lluvia. — Me explica amablemente Itachi.

— ¡OH! Ya veo, aún así. ¿No les agradaría tener un lugar al cual regresar después de tanto tiempo? — Los cinco suspiran, creo que me he salido con la mía.

— Y, ¿qué has pensado hacer?

— Pues no lo sé, quizá algunas habitaciones, un baño... ¿A ustedes que les gustaría?

— Creo que lo primero es una pantalla.

— ¿Pantalla? No entiendo Sasori.

— Si, una pantalla, algo que despiste a quien sea que pase y que esconda nuestra esencia.

— Estoy de acuerdo con Sasori, por suerte nosotros somos expertos en eso. — Presume Itachi feliz y Nagato asiente de acuerdo.

— Muy bien señores "somos los mejores en todo". Ustedes se encargarán de eso, mientras Deidara y Kisame me ayudarán a diseñar y distribuir las habitaciones.

— ¿Quien te puso a cargo?

— Tu cara deshecha por mi puño. — Mascullo sintiendo mi ojo latir con un tic.

— Buen argumento. — Me muestra sus manos en señal de rendición. — Te ayudaré, la violencia no es necesaria.

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Hello!! Esta vez tarde más que de costumbre, pero pues me han traído mega ocupada en la escuela. Espero que les guste.
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