Our Secret

CAPÍTULO 13

Los días seguían pasando y, aunque la cueva ya estaba casi completamente adaptada, había una circunstancia que no habíamos considerado.
- ¡ACHU! ¡Maldita sea!
- Karin, creo que has pescado un resfriado.
- Si Sasori tiene razón, será mejor que no te le acerques a Sakura, no podemos dejar que ella enferme.
- Itachi está en lo cierto, ella es la razón de que todos estemos aquí. Debemos cuidarla de todo y todos.
- A ver grupo de zombies super dotados - Dijo Karin sobando el puente de su nariz y mirándolos mal
>> Entiendo que no son capaces de sentir frío o calor, pero creo que podrían ser un poco observadores y, ¡NOTAR QUE AFUERA ESTÁ PRÁCTICAMENTE NEVANDO!
- Cuatro ojos tiene razón, aunque aun es otoño, el invierno está demasiado cerca. Creo que olvidamos preveer ese pequeño detalle.
- Deidara tiene razón, aún con todos nuestros jutsus en las condiciones del lugar no podremos mantener a dos personas y media calientes.
- Además ustedes lo han dicho, con Sakura cerca de su sexto mes de embarazo, debemos ser más cuidadosos que nunca.
- ¿Desde cuándo Barbie y el pecesito son los observadores? - Me pregunta sorprendida Karin, lo cual ofende a los dos ex Akatsuki.
- Deidara y Kizame tienen razón, debemos tomar medidas para hacer que este lugar sea más... cálido.
- Y, ¿qué proponen? Ya que hoy parecen estar más activos que nosotros - Dijo Nagato sonando un poco sarcástico.
- Creo que una fogata podría ser una buena idea - Sugiere Deidara como si fuera lo más obvio del mundo.
- Me preocupa un poco que el fuego pudiera atraer ninjas poco deseados - Responde pensativo Kizame.
- ¿Te refieres a Sasuke y Naruto? -Intervengo por primera vez en la conversación.
- Me refiero a ninjas en general, pero sí, ellos también entran en esa categoría.
- No se preocupen. Soy un ninja sensor y tengo perfectamente ubicado el chakra de Sasuke y Naruto, si están remotamente cerca lo sabré.
- Así que cuatro ojos tiene una habilidad especial de la que no nos había hablado - Comenzó a canturrear Deidara mientras codeaba a Itachi
- ¡DEJA DE LLAMARME CUATRO OJOS ESTÚPIDO ZOMBIE BUENO PARA NADA!
-¡Woow! Sakura, ella grita mucho peor que tú - El comentario hizo que Karin se molestara más, lo cual claramente era el objetivo de Deidara, pero apuesto a que no contaba con el hecho de que Karin lo golpeara y para nada fue un golpe leve.
- Muy bien ahora que Deidara recibió su golpe diario. ¿Qué haremos?
- Creo que tendrémos que optar por la fogata que propuso Deidara y buscar más alternativas.
- Bien. Sasori, tú Itachi y yo saldremos a buscar todo lo que nos pueda servir.
>> Deidara y Kizame, ustedes se quedarán aquí con Sakura y Karin. Sé que no necesito darles más instrucciones.
- ¿Cuánto tiempo se irán?
- Tranquila Sakura, demoraremos lo menos posible - Me aseguró Itachi sonriendo de forma reconfortante. Lo abracé con todas mis fuerzas "normales" e hice lo mismo con Sasori y Nagato.
Los tres tomaron las capas, sombreros y máscaras que Itachi consiguió en nuestra primera excursión juntos y salieron sin dejar rastro de su salida ni de su camino.
- Espero que todo salga bien...
- Te preocupas de más niña, esos tres son invencibles.
- Además Sasori sensei "odia hacer esperar" así que los mantendrá presionados.
- Los zombies tienen razón Sakura.
>> Ahora, si no les importa, iré a refrescarme. Comienzo a oler igual que ustedes cindo; Sakura, deberías venir conmigo.
- ¡Ugh es cierto! Aunque no entiendo a donde vas si, ya hay agua caliente dentro de este lugar.
Deidara estalló en carcajadas mientras repetía que Karin era muy tonta.
- Bueno, ya que parece que hoy es nuestro día libre; saldré a tomar un poco de aire.
- Que no te descubran pecesito o tendrémos problemas.
- Tranquilo Barbie, he colocado una niebla lo suficientemente densa para que nadie que se interne en ella vea a 2 cm. De su nariz - Respondió divertido, mientras que a mi me dio un escalofrío producto del recuerdo de la Cuarta Guerra durante la cual peleamos contra los poderosos espadachines de la niebla.
- Sakura, has estado muy pensativa desde que Kizame se fue. ¿Te sientes bien? - Me preguntó al tiempo que me hacía sentarme con la espalda recargada en la pared y él se sentó justo enfrente mirandome muy fijamente.
- Sí, yo solo... me perdí en mis recuerdos.
- ¿Quieres hablar sobre eso? - No fui capaz de esconder mi sorpresa ante esas palabras.
>> Escucha, sé que soy un idiota desesperante el 98% del tiempo, pero creéme. Soy bueno escuchando y no soy un idiota a la hora de la batalla.
- Lo sé, si lo fueras no hubieras podido patearle el trasero a Gaara.
- Oh si, el joven Kazekague de la Arena. ¿Aún vive?
- ¡Por supuesto! Es todo un ejemplo a seguir en las 5 naciones e incluso se cree que es el mejor Kazekague que a tenido su aldea.
- ¡Vaya! ¿Quién lo diría? - Repondió sorprendido, pero a la vez con algo de ironía.
>> Sakura. ¿Puedo hacerte una pregunta?
- No sé porqué Sasuke quiere matarme.
- No, no es eso. Aunque si es sobre el Uchiha menor.
- Hummm... bien, entonces... adelante.
- ¿Lo amas?
- Demasiado, probablemente más que a mi misma.
- Entonces, ¿por qué no crees que él te escuche?
>> Hasta donde yo sabía, un Uchiha solo responde ante el odio o el amor.
- Bueno, eso es complicado. Sinceramente no me atrevo a asegurar que él me ame... ni siquiera podría decir si me quiere.
- Yo creo que si lo hace, no es difícil encariñarse contigo flor de cerezo.
>> Además, si no te ama entonces, ¿por qué está tomandosé la molestia de buscarte?
- Porque quiere matarme...
- Si no te amará, aunque fuera un poco, jamás te buscaría. Lo hizo casi toda su vida con Itachi, ahora lo hace contigo.
- Tal vez tengas razón, pero con Itachi no se detuvo ante nada hasta verlo muerto. Eso significa que...
- No, tú no morirás. Itachi planeó eso toda su vida y además lo enfrentó sólo y enfermo.
>> Tú nos tienes a nosotros seis, porque te aseguro que aunque no le agradas mucho, cuatro ojos no permitirá que te lastimen.
- Deidara - Suspiré conmovida con sus palabras.
>> No sabía que podías ser tan tierno.
- Mantengámoslo en secreto. Tengo una reputación que mantener - Ambos reímos, era típico de él esos comentarios. Son embargo, lo que pasó después no lo esperaba.
Estiro sus brazos hacia mis hombros y se apoyó de ahí para atraerme a él y abrazarme. No era un abrazo común, era de esos que entibian el alma, de los que unen corazones, de los que curan las heridas internas... de esos que yo necesitaba desde hacía más tiempo del que podía recordar.
- Sin importar que pasé, siempre me tendrás a tu lado para cuidarte y nunca dejaré que algo te lastime o a la criatura que llevas dentro - Me susuró antes de soltarme para después besar la coronilla de mi cabeza, ponerse de pie y salir a paso tranquilo de la cueva, al tiempo que Karin salía del baño quejandose sobre algo que no entendía y ciertamente, no me interesaba.

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