CAPÍTULO 25 (FINAL)

6.9K 418 152
                                    

Itachi y Nagato intercambian miradas un segundo y cuando el primero asiente Nagato realiza una serie de sellos "Ukojizai no Jutsu" pronuncia y de pronto una torrencial lluvia comienza a caer sobre nosotros. A esta se le suma el Suiton bakusui shouha* y  acto seguido el Suiton suijinheki*

- Son en verdad patéticos si creen que eso puede detenernos.- Se queja Suigetsu apuntándonos con su imponente espada. En respuesta, Itachi creo un circulo de llamas negras rodeándolos.
- Suigetsu no olvides lo que te pasará si tocas las llamas. No estoy de humor para salvar tu trasero.- Al fin Sasuke se decide a hablar y la expresión del ninja del sonido (ex miembro de la niebla) me da a entender que no le sorprende y que, por el contrario el comentario le divierte y ofende al mismo tiempo.
- Sólo digo que es ridículo, sólo nosotros tres controlamos estos elementos. Además de que el agua me da ventaja de terreno. Un grave error Kisame. - El Akatsuki ríe en respuesta y lo mira desafiante.
- ¿Cuántas veces me harás decirte que no abras la boca antes de tiempo? Niño
-Encárgate de él Kisame. Nagato y yo nos encargaremos del resto.- Dice Itachi dando un paso al frente quedando delante de mi y Deidara coloca sus manos en mis hombros atrayéndome hacia él, al tiempo que Sasori levanta todas sus marionetas a nuestro alrededor.
- Itachi ya te dije que no te metas. Vengo por ella, tú no tienes nada que ver.- Grita Sasuke y a pesar de que estoy segura que pretendía que fuera una orden, sonó más bien como una súplica y nuevamente me sentí una mala persona por poner a ambos hermanos a luchar uno contra el otro cuando yo sabía que lo que ambos anhelaban era abrazarse y sentarse a charlar como solían hacerlo de niños.
- Él tiene razón. Dejen que se acerque.- La mirada sorprendida de todos, incluyendo la de Sasuke, me intimida ligeramente.
Pero por supuesto, el último Uchih se recompone de inmediato y da un paso hacia mi causando que la barrera de agua y fuego crezcan y que Deidara apriete su agarre en mis hombros de forma protectora, lo cual causa que Sasuke apriete la mandíbula tanto que temo pueda romperse algo.

- Sasori, prepárate para envenenarlos.- Mi mente hasta ese momento distraída en Sasuke reacciona debido a la orden de Nagato. Como consiguiente mi mente se transporta a unos no muy lejanos días atrás cuando, en vez de entrenar todos nos encontrábamos sentados a la orilla del río como si se tratara de una tarde de verano en la que sólo te relajas con amigos. 

- Itachi. ¿Qué pasará si en un momento es inevitable que peleé? Contra... quien sea que venga con él.- Pregunte con la garganta seca y la mirada perdida en la luz que reflejaba el agua.
- Eso no pasará cerezo, primero tendrán que vencernos a nosotros cinco juntos.- Proclamó con una sonrisa altanera y contagiosa mi rubio consentido.
- Seis... Tendrán que vencernos a los seis.- Corrige Karin sonando más nerviosa que nunca, lo cual causó que Deidara sonriera como nunca amtes y la rodeara con sus brazos.
- Así se habla cuatro ojos. Bienvenida a Akatsuki.- La mueca de desagrado qie hizo la pelirroja nos hizo reír a todos y por ese hermoso segundo pude olvidarme de todo y solo... vivir el momento.
- Ninguna de las dos peleará, al ser las únicas con vida su seguridad es lo primordial. Además Karin, Sakura te seguirá necesitando para el momento en el que nazca la criatura.- Nagato sonaba tan seguro y comprometido con sus palabras que no dejaba ningún lugar para dudar.
Nagato es la clase de persona que podría asegurar que el cielo es dorado y sólo por ser él quien lo dice lo creerías.
>> Sin embargo, todo es posible. Así que, en el supuesto de que no nos quede otra opción... habrá que hacer un plan en donde las contemplemos, asegurándonos que en ningún momento corran peligro.- Todos asentimos en acuerdo con sus palabras, pues como sabíamos todo era posible. Ellos mismos eran la prueba de ello.
- ¿Creen que mi cabello tan largo cause problemas? Hace años que no lo dejaba crecer tanto, limita un poco mis movimientos que llegue hasta mi cintura.- Los Akatsuki rompieron a reír y no los culpaba, pues en medio de tanto caos un poco de cabello era lo menos importante. 

Our SecretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora