- ¡Sentaros y separad las mesas, hay examen sorpresa! – dijo Manu, el profesor de lengua.
Toda la clase se quedó atónita y empezaron a protestar al unísono.
- ¡No es justo! ¡Tienes que avisar con tres días de antelación mínimo!
Pero a Mike poco le importaba ya que, como siempre, estaba metido en su mundo, pensando que jugador iba a fichar esta tarde en el nuevo Fifa o que tropas preparar para atacar en la guerra de Clash of Clans. También cabe decir que se podía permitir no prestar atención, era un chico inteligente, más de lo habitual, y siempre aprobaba sin apenas estudiar, y en primero de bachiller que no es poca cosa.
Despertó de su mundo perfecto cuando Javier le pegó una colleja en la nuca.
- Despierta anda, y ponte a un lado que te pueda copiar el examen.
Javier era el mejor amigo de Mike, prácticamente el único en quien tenía confianza. Tenían los mismos hobbys, salvo que en cuanto a notas se refería, Javier estaba por debajo, por lo que Mike siempre le daba "pequeñas ayudas" fuera de lo permitido y nunca les habían pillado. Bueno, nunca hasta ese día.
- ¡Javier, Mike, un cero para los dos!
- Pero Manu – contestó Mike – yo no...
- ¡Michael, despierta Michael!
Era su madre. Mike abrió los ojos y se fijó en el reloj, eran las ocho y media de la mañana, por lo que tendría que darse prisa si no quería llegar tarde a la clase de las nueve.
- ¡Me voy a trabajar, no llegues tarde al instituto! – gritó su madre mientras cerraba la puerta del patio de golpe.
Nunca veía a su madre hasta las siete de la tarde, y hoy era su cumpleaños, por lo que Mike le había comprado un magnífico jarrón artesanal, lleno de artificiosos detalles. Lo había escondido en su cuarto para que ella no lo viese, y también para que su hermana pequeña no metiera las narices y lo rompiera.
Una vez duchado, almorzado y arreglado, Mike se fue corriendo al instituto para no llegar tarde. A primera hora tenía lengua y Manu, el profesor, odiaba que los alumnos llegaran tarde a sus clases. Consiguió entrar con un minuto de antelación, Manu aún no había llegado. Mike iba a saludar a su amigo Javier pero justo en ese momento entró el profesor gritando:
- ¡Sentaros y separad las mesas, hay examen sorpresa!
Toda la clase se quedó atónita y empezaron a protestar al unísono.
- ¡No es justo! ¡Tienes que avisar con tres días de antelación mínimo!
En una situación normal, a Mike no le hubiera importado, pero esta vez se quedó helado. "No puede ser coincidencia". Pensó. "O esto es un dejavú demasiado largo o esto lo he soñado esta mañana" A Mike le ocurría muy a menudo esto de los dejavús, pero nunca había tenido uno tan largo y detallado.
Despertó de su mundo perfecto cuando Javier le pegó una colleja en la nuca.
- Despierta anda, y ponte a un lado que te pueda copiar el examen.
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Paradojas temporales
Научная фантастикаMike tiene una vida normal, de instituto, hasta que un día se da cuenta de las cosas que puede llegar a hacer...