No se podia mover, y lo único que Mike veía era una extraña substancia roja pegajosa.
- ¿Por qué lo has encerrado pedazo de inconpetente? Como venga el jefe se va a enfadar y me va a echar a mi la culpa. - Era una voz femenina, aunque potente como pocas, y parecía estar muy enfadada.
- No eres nadie para darme órdenes y lo sabes, Illaoi. - contestó el desconocido que lo había secuestrado - Esperemos a que él llegue y entonces tomará una decision, recuerda que he sido yo el que lo ha capturado, no tú.
Mike no entendía nada. Intentó liberarse con todas sus fuerzas, pero esa especie de cárcel pegajosa e individual no parecía que iba a ceder. Aún así, Mike no era de los que se rendía, asi que estubo empujando durante minutos, hasta que vió agotadas todas sus fuerzas.
- ¡Liberádlo ya! Está todo preparado para el ritual. - esa voz era diferente a las dos anteriores, y por su tono parecía ser el misterioso líder de Illaoi y el sanguinario secuestrador.
De repente la substáncia roja que rodeaba a Mike y le impedía ver nada se desihzo y él cayó en el suelo. En alguna otra ocasion hubiera intentado huir, pero tras haber gastado su último aliento en intentar escapar no le quedaban fuerzas, por lo que se dedicó a obsrpervar a sus secuestradores y rezar. A la derecha, estaba el tío que se había encontrado en la calle y lo había secuestrado, aunque ahora parecía mucho menos humano. A la izquierda se encontraba Illaoi: una mujer alta y corpulenta, con sus fuertes brazos y cara llenos de dibujos. Tenía la piel oscura, prácticamente igual al color castaño de su pelo. Lo que más le llamó la atención a Mike fueron sus ojos amarillos y lo que llevaba en su mano. Era una especie de máscara azteca de oro, que simulaba el rostro de un animal que le resultaba familiar pero no lograha recordar. Finalmente, en el centro se encontraba el supuesto líder. Era el que parecía mas humano de los tres, aparentando unos treinta y cinco años, un hombre bastante atractivo con pelo negro. Era el que, a simple vista, parecía menos terrorífico de los tres.
Sin embargo, nadie le dirigió la palabra.
- Vladimir - dijo el líder - cógelo y llevalo a la sala principal.
Entonces el secuestrador, Vladimir, miró a Mike fijamente, el cual estaba realmente aterrorizado. Mike empezó a levitar y los cuatro empezaron a moverse por oscuros pasillos hasta llegar a una sala muy iluminada con una especie de cama de hospital rodeada de sofisticadas máquinaa y tubos.
Ataron a Mike en la camilla y lo dejaron allí por un rato. Mientras, el jefe ordenó a Illaoi a "invocar al cuarto guerrero".
- Hazlo - dijo - la batalla se avecina y necesitamos a los cinco guerreros en funcionamiento. Vladimir, mientras termino de crear al quinto guerrero ve abajo... parece que tenemos visita antes de lo previsto.
Entonces, el hombre que parecía ser el líder se acercó a Mike y lo sedó. Lo último que recuerda haber visto antes de quedarse dormido fué una cuarta figura surgir al lado de Illaoi. Era un robot formado de metal, sin ojos, con cuchillas rojas por manos y dos especie de hélices rojas colocadas a su espalda.
- Bienvenido de nuevo PROYECTO: Zed, cuarto guerrero.
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Paradojas temporales
Ciencia FicciónMike tiene una vida normal, de instituto, hasta que un día se da cuenta de las cosas que puede llegar a hacer...