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Michael en multimedia


Capitulo diecinueve: Ejecutar el plan

Capitulo diecinueve: Ejecutar el plan

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Jay

Semanas antes...

Sobreviví a otra cena familiar, y como es habitual, tengo que encargarme de arrojar la basura porque los demás tienen vidas muy importantes para hacerlo. Salgo a regañadientes con la gran bolsa de basura entre mis manos, incluso tengo que separar las piernas y situar la bolsa en el medio para ejercer la total fuerza. Antes de abrir la puerta trasera escucho ruidos que provienen del exterior. Luego reconozco los murmullos de Caroline.

—Cálmate, Michael. Mi papá está en la casa y no quiero que esto se transforme en un escándalo.

—¿Sabes quién más está adentro? —Su voz se escucha más cerca. —Chris, que sé que está detrás de todo esto. Esa rata asquerosa. — Después de su voz precipitada y agitada, la perilla de la puerta se mueve frenéticamente, pero no se puede abrir porque está bloqueada con llave. Caroline es astuta, de seguro le puso llave apenas lo vio.

Se oye que algo cae y de seguro está forcejeando contra Caroline, quien aún trata de callarlo. La puerta tiembla bajo sus golpes. —¡Deja de esconderte, idiota!

Suspiro ignorando todo eso. Decido cambiar mi camino por la puerta principal. Descanso unos minutos con la gigantesca bolsa que dejo caer suavemente en el asfalto, muevo mis muñecas preparándome para tomar nuevamente la bolsa. Retomo mi camino pasando por el jardín del vecino. Ni siquiera dirijo mi mirada hacia la casa, solamente apresuro el paso.

—¡Jay! —Escucho el llamado femenino de Cassie. Inmediatamente cierro los ojos sin saber qué hacer. Algo me dice que está Alex con ellos, pero no puedo simplemente ignorarla. Giro apenas por sobre mi hombro, y la saludo sonriendo. En el instante que veo a Cassie también me doy cuenta de que a su alrededor se encuentra Sophie a su lado, Elliot, otra chica desconocida, Shae que ni siquiera se toma la molestia de mirarme, y Alex que me observa con los ojos de par en par. Giro nuevamente, forzando mis pies a moverse más rápido.

—¿No te quedas? —Sophie grita a mi espalda.

—No, estoy ocupada. —respondo sin mirarla mientras continuo mi camino. Oigo pasos, pero los ignoro. Unas manos grandes se sitúan sobre la bolsa negra y la impulsan hacia arriba, dejando mis manos libres. Elevo mis ojos a la altura dándome cuenta de que es Alex. Su rostro ya no tiene su usual sonrisa que me dirigía.

—Te echaré una mano. —dice caminando junto con la bolsa sin dificultad. Mantiene la seriedad en su voz.

El silencio es incómodo, profundamente embarazoso. El ambiente que rodeaba el patio de Elliot ahora está sumamente en silencio, todos los presentes con su atención puesta en nosotros. Es obvio que Shae les contó a todos cómo me atrapó escapando por la ventana, hasta incluso debió imitarme cuando me faltaba el aire en mi estado de inmovilidad entre el reducido espacio. Ante su atenta mirada, observo la tapa negra oxidada del basurero. La levanto mientras Alex deja caer la bolsa, seguidamente se oye el sonido hueco que emite la bolsa al topar el final del basurero.

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