11

895 108 66
                                    

Capitulo once: La decisión

Capitulo once: La decisión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

jay

Parpadeo varias veces acostumbrándome a la luz radiante que pega en mis parpados. Un dolor punzante se incrementa en la sien, por lo que los vuelvo a cerrar frunciéndolos. Algunas imágenes borrosas se muestran uno tras de sí, luego nada. Apenas voces ahogadas de fondo.

De seguro me emborraché, ya que eso explicaría el amargo sabor en mi boca. —te apesta la boca a horrores, ¿acaso besaste al rancio de pancho? —abro los ojos de golpe al escuchar la voz de Chris, que extrañamente se oye mil veces más fuerte, repercutiendo mis oídos.

Cubro mi boca para no propagar mi mal olor, mientras la abro para hablar. —¿¡Qué mierda hago en tu habitación?!—digo exaltada. Respiro hondo, sin pensar lo peor, de todas formas, él no haría cochinadas conmigo.

Finge horror abriendo la boca excesivamente. —¡Rayos! —toca su frente—me he equivocado de hermana. Vagina errónea, lo lamento si resultas embarazada.

Mi maldita imaginación vuela a imágenes perturbadores en dónde me imagino a mí misma teniendo un hijo no deseado de Chris. Eso me causa escalofríos.

Saco mi mano de mi boca para golpear su brazo fuertemente. —Hablo en serio. —siseo—explica qué sucedió.

Pone los ojos en blanco—Qué malhumorada—resopla—solamente llegaron de la nada Elisa y Joey contigo en sus brazos, casi muerta. Hemos estado haciendo algo, mientras tu babeabas mi almohada.

Quiero preguntar tantas cosas, que todas se acumulan en mi boca, más ninguna sale. Dejo de cuestionarme dónde está Joey, y del porqué me trajo aquí con el rubio malvado ex de Caroline, que me preocupo de lo tarde que puede ser, y tendría que estar en el instituto.

Me levanto de sopetón alarmada. Mi cabeza es un alboroto, muchas cosas vienen y van, además lo peor de todo es que aún me siento mareada con un gran dolor de cabeza.

—¿Y ahora qué haces? —Chris pregunta confundido, mirándome como si hubiera perdido la razón, quizás es posible que esté en lo cierto.

—Necesito el baño—murmuro cuando siento un huracán viajando desde mi vientre, queriendo arrasar todo a su camino.

Él asiente, camina a grandes pasos y abre una puerta blanca que se encuentra a la esquina escondida en su gran habitación. expulso todo el alcohol ingerido en el inodoro. Luego paso a verme en el espejo. Como es de esperar, estoy hecha un desastre; el pelo enmarañado y enredado crea una forma voluptuosa alrededor de mi rostro. Obviamente se encuentran los horribles anillos negros alrededor de mis ojos, además de tener una tez más pálida, y enfermiza que antes. Así enamoro a cualquiera, ¿no?

Salgo del baño caminando a grandes zancadas. —¿te vas? —pregunta Chris siguiendo mis pasos—¿Quieres que te lleve al instituto o a tu casa?

CatarsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora