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Octubre apenas entraba, y con eso, el otoño. Se notaba bastante ya que, las hojas naranjas de los árboles, caían con total libertad. El clima se hizo más frio, con las ventiscas que se llevaban las hojas. Kurapika, miraba la ventana de su hogar cálido, pensando que estarían haciendo ahora mismo sus queridos amigos del alma. Pues bien, el tiempo pasaba y ellos crecían, así mismo hacían sus vidas cada quien por separado, pero sin perder el contacto. Gon jamás permitiría que ellos se olviden después de todas las aventuras y convivencias vividas, además que ellos tampoco dejarían que su amistad se la llevara el viento como las hojas de otoño.
Suspiró, notó como sus dos hijos eran abrigados de mala gana por su esposa, tal imagen le recordó cuando él cuidaba de Gon y Killua como si fuera su madre sobreprotectora.
— ¡Ustedes dos! —Gritó un enojado Kurapika más joven— ¡No saldrán de misión si no se abrigan bien primero!
—Caray Kurapika, pareces nuestra madre—Bufó un molesto Killua, quien no quería ponerse ese abrigo ridículo, acompañado de un gorro y un par de guantes—. ¿Se te olvida que no me afecta este clima? No por nada no solía ser un asesino profesional. ¡Ni siquiera está nevando!
—Killua, deberíamos hacerle caso...—Murmuró un poco asustado Gon.
—Por favor, no necesito que me digan que hacer—Rodó los ojos con fastidio, Gon solo rezó para que el castigo no fuera tan fuerte.
Kurapika enojado bien apreciable con sus ojos de un tono escarlata, invocó sus cadenas, viéndose muy amenazante según Gon, Leorio prefería evitar el tema, Kurapika enojado era el mismísimo demonio. Killua seguía sin inmutarse mientras que Gon se ocultaba atrás de su amigo con claro miedo.
—Así que no obedecerás ¿Verdad? Sería una lástima que cierta pila de Choco Robots, que está en el refrigerador sea regalada...—Amenazó con una sonrisa macabra.
— ¿No te atreverías, o si? —Indagó Killua, nervioso, sus adorados dulces no tenían por qué pagar.
—Pruébame—retó con la mirada el Kuruta, él Zoldyck por primera vez comenzó a dudar si no hacerle caso. Respiró y chasqueó la lengua con molestia claramente derrotado.
—Como sea—Aceptó Killua, tomando de mala gana el abrigo, la bufanda y los guantes. Gon suspiró aliviado, creía que las cosas se saldrían de control, por lo cual, hizo lo mismo que su amigo.
—Perfecto—Sonrió complacido, recuperando su tono de ojos natural, y desapareciendo las cadenas conjuradas—. Yo iré al Zodiaco con Leorio, cuídense mucho.
— ¡Sí! —Afirmó Gon energético, mientras empujaba a Killua hacia la salida.
Ambos se despidieron de Kurapika y Leorio, sabiendo que buscar a Ging en este clima era una verdadera misión.
Soltó una pequeña risita, llamando la atención de los pequeños y su esposa, quienes lo miraban confundido. Obviamente ellos solo iban a jugar en el parque con las hojas de otoño, no iban a viajar por el país a buscar un hombre que evita sus responsabilidades como padre. Pensándolo mejor, se levantó de la silla y tomó una bufanda tejida a mano por ella, y se la colocó en cuello, el trabajo de los Nostrade podía esperar, ahora solo quería disfrutar el tiempo con su familia.
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Hojas de Otoño【Kurapika Kurta】
Fanfiction➤[Drabbles] Aunque el frio no era muy fuerte, Kurapika cuidaría a los mas pequeños. Ese día él quería demostrarles que podía cocinar una buena comida caliente. Si algo adoraba el Kuruta era leer un buen libro comodamente en el sofa. Aveces su mayor...