"No debes temerle al enemigo que te ataca, si no al falso amigo que te abraza"
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Abrí la puerta de la pizzería e inspeccioné el lugar con la mirada.
Al no ver por ningún lado rastros de mi amiga fui a sentarme en una de las mesas que estaban pegadas a la pared.
Rápidamente se acercó uno de los meseros con una sonrisa de oreja a oreja a pedirme la orden.
--Una simple- le ordené antes de que pudiera decir algo.
El pibe me miró y se fue, estoy muy segura de que no le di muy buena impresión. Pero cuando tenía cara de orto la única forma de que se me vaya era reunirme con mis amigos.
Me había quedado la amargura de el primer encuentro con mi nuevo vecino. Tenía pinta de ser un hijo de puta, por favor, ¿ignorarme a mí? Yo soy la que suelo ignorar a las personas.
En fin, ya me caía para el orto y estoy segura de que no voy a volver a dirigirle la palabra.
Así soy yo.
--Hola Sol- me dijo Maca abrazandome por atrás.
--Hola, ¿cómo estas?- le contesté mientras ella se sentaba en frente de mí --Por fin llegás, ya ordené tengo un hambre mal.
--Si, perdón por tardarme es que mi vieja está re cargosa- suspiró --Ya está ahora puedo disfrutar el fin de semana en paz, espero que estos zapatos no me jodan la noche.
Miré por debajo de la mesa para verlos. Llevaba puesto un vestido negro con un can can color piel y sus zapatos marrón oscuro que hacían juego con su pelo lacio.
--Me gustan- le dije acomodando mi pelo detrás de mi oreja --Creo que ésta fiesta va a explotar, me contaron que va a ir gente de otros colegios.
--Si obvio que va a explotar, como todas las fiestas que hacen los popus-se burló -- Mati me dijo que iba a estar atendiendo la barra, así que invité a más de mis amigos para que vayan después así no estamos solas- replicó y se quedó viendo mi expresión.
Ella siempre hacía eso cuando decía algo que podría molestarme, y yo siempre podía tener alto mal humor que le arruinaba la noche a cualquiera. Pero hoy no, hoy solamente quería salir y divertirme, era mejor idea que tener que aguantarme a la insoportable de mi tía.
--Como sea- dije tranquila --Matías siempre ayudando a los taraditos esos- rodee los ojos.
Él aveces era un boludo, siempre fue el tipo de chico buena onda, fachero, confiable, buen amigo y siempre supo que nosotras fuimos las únicas que estuvimos ahí para el, pero aún así, de todas formas también le gustaba juntarse con ese grupito de personas que se creen superiores a todo el mundo. Y aunque esté completamente consciente de todo, se disponía a ayudarlos de igual manera en todo momento.
Da igual.
Después que nos trajeran nuestra pizza, comenzamos a comer y cuando terminamos, pagamos y nos fuimos.
Cuando llegamos a la fiesta entramos y todo el mundo ya estaba dado vuelta, había gente tomando y drogandose en el living de la casa (la cuál era grandísima) y personas bailando en una especie de pista que habían creado.
Comenzamos a buscar a Mati y tal como había dicho Maca, lo encontramos atendiendo la barra con su pelo rubio despeinado y un montón de gente putiandolo porque se tardaba en atenderlos.
Era obvio, estaba sólo.--Matías que hacés atendiendo solo con toda ésta gente?- le dije cuando ya estaba cerca de él.
--Estaba con un pibe de los del grupo- dijo y se pasó la mano por la frente --Me dijo que iba al baño y volvía pero no llegó nunca más.