la venganza de Edward -- cuarta parte

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Al día siguiente estaba en el poste, donde lo vi por primera vez, conversando muy sonriente y muy cerquita con una chica como si nada hubiese pasado, no sé por qué me dio tanto coraje, pero deseaba decirle unas cuantas cositas a esa resbalosa

--- Summer que pasa, es su vida, solo fue un simple beso – pensé

Estaba por entrar ignorándolo a él y a su acompañante hasta que me detuvo del brazo

--- creo que tenemos una plática pendiente – me dijo Edward

--- primero buenos días, segundo ayer te estaba buscando para hablar, pero como estabas seguramente tan entretenido con tu profesora de baile, no te encontré y ahora como estabas tan entretenido con tu amiguita no quise molestarte e interrumpirlos – le dije totalmente molesta

Él se sonrió --- solo un beso y ¿ya me celas? – sonreía como si disfrutara de mi enojo

--- primero me muero de un infarto antes de celarte a ti y segundo…….

--- bueno, no hice nada con la profesora ok, es mi profesora – lo dijo como si fuera lo más obvio

---- pues no te creo, además todo el mundo sabe que tienes una relación con ella --- le dije sin ocultar lo molesta que estaba

---- así que si es una escena de celos – sonrió, mientras yo lo esquive mirando a otra parte ---- ya terminamos ok, aunque no estés celosa según tú, ya no tengo nada con ella – me tomo la mano y la acaricio con sus dedos, ese acto hacia que me derritiera en ese momento, ¿Qué era lo que me pasaba?, ni yo misma sabía lo que estaba sintiendo

---- pues a mí no me interesa tu vida amorosa – me solté bruscamente y me fui

A pesar del beso, no dejaba de molestarme, me oculto mi ropa cuando tenía deporte obligándome a tomar las clases siguientes con mi uniforme de atletismo, al menos no había puesto el video en la enorme pantalla tal y como lo predijo Allan, bueno el profesor de natación.

A la terminación de la clase y entrar al receso me dirigí a la mesa de Edward, donde ya estaba con su grupo de idiotas

--- oye, ¿me haces el favor de devolverme la ropa? – le dije totalmente molesta y fastidiada de sus bromas

--- ¿Pero porque? Si te ves tan adorable y sexy a la vez estando con el uniforme, incluso pareces colegiala – se burlaba tratando de sonar lo más serio posible pero no evitando que se le escapara una sonrisa reprimida, mientras los de su grupo se reían por suerte no estaba la estúpida de Britney

--- no me causa chiste

--- ¿Y quién está haciendo chiste? ¿Santi, tú estás haciendo chiste?

--- claro que no, es verdad realmente te ves sexy con ese uniforme – dijo coquetamente Santiago acercándose a mi

---- ya Santi es suficiente – le ordenó Edward --- no querrás asustarla – le dijo a Santi él cual ya se había alejado de mi hacia atrás de Edward pero sin dejar de mirarme y sonreírme coquetamente, bueno realmente Santiago es realmente lindo aunque más bonito es su primo, el cual se mantenía al margen

--- yo no le tengo miedo a nadie ni a nada, así que esta difícil asustarme, y puedes de una maldita vez darme mi ropa que me enferma estar contigo y con tu grupito

--- ¿Qué acaso no te gusta estar con nosotros? – intervino amablemente Bratt, él primo de Santi

---- es raro que alguien y mucho menos una niña no quiera estar con nosotros – dijo él que siempre estaba callado (Robert)

--- primero no me gusta para nada andar cerca de ustedes – le respondí a Bratt --- segundo no es raro, hay algunas personas que los odian y no les agradan para nada, solo que son hipócritas y al frente de ustedes les sonríen y por detrás hablan pestes de ustedes y tercero no soy ninguna NIÑA – al mencionar la última palabra el gorila comenzó a reírse tanto y los demás comenzaron a seguirle en la burla excepto Robert, comencé a enfadarme el triple del cual ya estaba

--- ¡YA! Dejen de burlarse – extrañamente me defendió Edward y comenzaron a reprimir la risa, bueno eso creí – y claro que no es ninguna niña --- me dijo mirándome serio a los ojos – ELLA ES UNA MOCOSA IRRESPETUOSA que nadie la apuesto en su lugar, pero yo me encargare de eso – su rostro cambio de serio a burla, comenzaron a reírse de nuevo pero esta vez con más ganas incluido Edward pero con la excepción de Robert, el cual miraba hacia otro lado en ese instante comprendí que solo estaban jugando conmigo, y yo no era juguete de nadie y mucho menos de Edward y sus idiotas

--- púdrete – le dije resignándome a recuperar mis prendas de vestir, me aleje pero después de mirar con decepción al inmaduro, estúpido, tarado e idiota de Edward 

PURA APARIENCIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora