Luchador

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 Alerta: Violencia.

El estruendoso pitido del silbato anunció el inicio de la desequilibrada e injusta contienda.

Harry estiró el brazo derecho en dirección a Louis, con la palma hacia dentro. El ojiazul le miraba fijamente, aprisionando su labio inferior entre los dientes, dubitativo. ¿Debería tomarla? No debería. El destello en las afiladas pupilas verdosas de su contrincante le hacían desconfiar en demasía.

-¡Tomlinson, despierta! -le sermoneó el oficial.

Louis meneó la cabeza al percibir el regaño, saliendo de su trance. Finalmente, aproximó su trémulo tacto en dirección al ojiverde, con la inocente intensión de estrechar sus manos.

Louis... Oh, pobre Louis.

Harry ladeó la cabeza al vislumbrar su accionar, torciendo una sonrisa burlesca.

-Terminemos rápido con esto. Tengo hambre. -musitó irguiéndose, para después tomarle de la muñeca en un brusco y raudo movimiento. La sonrisa en sus labios se tornó retadora y sus ojos destellaron ferozmente. 

Louis olió el peligro e intentó de zafarse del feroz agarre, sintiendo la adrenalina y el pavor irrigarse por su sistema. Sin embargo, y como era de esperarse, no consiguió liberarse. Harry era fuerte en demasía.

Repentinamente, el cuerpo del ojiazul impactó contra el accidentado terreno y polvo de tierra se alzó a su alrededor, por lo que empezó a toser de manera descontrolada al ingresar el polvillo en grandes cantidades por sus fosas nasales. Sucedió tan rápido que a Louis le tomó un par de segundos darse cuenta de lo que había ocurrido: Harry le había alzado en un limpio movimiento, sujetándolo de su camiseta y de su mano ofrecida, para luego arrojarlo al suelo sin demás miramientos.

Una patada fue atestada en el lado derecho de su caja torácica, con lo que el aire escapó de sus pulmones, dejándolo sin aliento. Se recostó de lado, sus brazos aferrándose a la parte lastimada en un vano intento de mermar el punzante dolor. Las lágrimas se aglomeraron bajo sus cuencas oculares, pero no lloró. Se tragó los quejidos de misericordia que amenazaban con brotar de sus trémulos labios. Se tragó su padecimiento. 

Otra patada asaltó su espalda baja, y otra más fue atizada en su vientre. Después de ello, fueron puñetazos demandantes de sollozos y lágrimas los que cayeron sobre su cuerpo encogido en un diminuto ovillo.

De su garganta fue arrancado un chillido desolador cuando el dolor estalló en las zonas de impacto. A esas alturas, se le fue inasequible abstenerse. Se retorció, apretando los párpados y empuñando las palmas con fiereza. Se deshizo frente a los ojos expectantes de soldados y maestros, que vitoreaban y exigían vilmente al ojiverde a proseguir con la inhumana masacre.

De pronto, los golpes cesaron en contra de todo pronóstico. Louis intentó separar los párpados, pero la excesiva inflamación en su rostro se lo impidió.

Gimoteó cuando una grande mano le palmeó el rostro, exigiéndole mirar a su agresor. La iluminación solar le cegó al dar con fijeza en sus enrojecidos fanales. Entornó los ojos e intentó centrar su oscilante visión en algún punto fijo.

Al conseguirlo, dio con Harry, quien le miraba desde arriba. Ambas manos sobre sus caderas y su respiración descompasada; pequeñas perlas de sudor hacían brillar su frente y cuello.

-¡Acaba con él de una maldita vez, Styles! -vociferó un oficial. Su entonación hostil y agresiva.

-Por supuesto, señor. -el ojiverde se limpió el sudor de la frente con el antebrazo, repasando su labio inferior con su lengua. -Quieto. Ya acabamos.

Le tomó de los cabellos y le alzó de un brutal jalón. Louis emitió incontables sollozos, llevando sus manos hacia su lastimado cuero cabelludo.

Lo último que consiguió vislumbrar fue el puño de Harry alzándose en revuelo con nudillos níveos debido a la enorme presión ejercida. Sintió el impacto en su nariz y la oyó tronar. La sangre a borbotones salió de su nariz rota y de deslizó por su rostro en cantidades desmesuradas. Sintió su cabeza estrellarse en el suelo y después de ello, sólo vio negro. Puntos de variadas tonalidades oscilaron en su campo de visión antes de caer inconsciente.

Pictures and letters (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora