Capítulo 1

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Una noche, fría cubierta por un manto intenso de lluvia, en un lugar apartado de la ciudad, donde no había rastro de gente una niña de 7 años estaba por ser abandonada a su suerte.

- ¡Quédate aquí joder - jaloneando del brazo a la niña, aquella mujer le gritaba a la pequeña niña que luchaba por zafarse.

-¡No, suéltame, suéltame!

Un llanto irrumpía, de pronto el ambiente era la pequeña hermana de Vanessa que había estado durmiendo en el brazo de la mujer y fue despertado gracias a los gritos, galones y el clima.

- ¡Maldita sea ya se despertó la mocosa!

- ¡Suéltala!-La pequeña niña clamaba por su hermana menor- Dámela a mí, no le pegues por favor, no le hagas nada.

La mujer, soltó a la pequeña Vanessa haciendo que caiga directo a un charco de lodo.

- Y arriesgarme a que se queden juntas, eso ¡Nunca!

- No te molestaremos, por favor dame a mi hermanita - Rogó la pequeña, hizo un intento por levantarse, pero esta resbaló golpeándose la cabeza y quedando inconsciente.

-¡Nessa! grito la pequeña desde los brazos de esa mujer, moviéndose para llegar a Vanessa hasta que lo logró, saltó al suelo, a un costado de de su hermana, intentó moverla para despertarla pero no respondía- ¡Nessa! esperta Nessa!- La pequeña apenas y podía hablar claramente tenía solo tres años.

- ¡Mocosa endemoniada, me manchaste de lodo! - Tomo a la peña Laura con brusquedad, y se fue alejando poco a poco, dejando a Vanessa tirada y deseando que ese golpe la haya dejado muerta - Que no ves que tu querida hermanita, se murió y tú también morirás si no te quedas ¡Quieta!- Acomodo a la pequeña, haciendo que su cabeza quede en su hombro, a propósito para que mire por última vez a su hermana .

-¡Nessa!- Gritó por última vez - Vanessa reaccionó con el golpe de la puerta al cerrarse y como pudo se levantó e intentó correr hacia su hermana, pero cayó de rodillas, aun estaba aturdida por el golpe, pero era muy tarde sus esfuerzos fueron en vano, aquella mujer subió al auto dejando a Laura en el asiento de atrás, la cual aún permanecía llorando y gritando por su hermana, el auto dio marcha alejándose a plena velocidad.

- Te encontrare Laura, juro que lo are.

-¿Te desiste de Vanessa? - Preguntó el hombre al volante.

-Pues claro, que si la mocosa resbaló y se quedó en el suelo de seguro se golpeó la cabeza tan fuerte que no despertara, y si eso no la mata el frío lo hará.

- ¿En donde dejaremos a la otra mocosa?

-En cualquier parte, pero lejos de su hermana. De hecho yo ya sé dónde la podemos dejar.

Después de conducir un par de hora se encontraban en el estacionamiento de una cafetería, que esta quedaba al frente de una iglesia.

-Mira, allí la dejaremos - La mujer salió del auto abriendo la puerta de atrás, Laura se quedo dormida después de todo. Tomo a la pequeña con cuidado de no despertarla, pues si lo hacia complicaría todo aun mas, cruzó la calle, mirando a un lado y otro, cruzó las puertas de metal subió unas cuantas escaleras, y en una caja que sacó del basurero detrás de la cafetería la dejo, tocó la gran puerta de madera. Sin molestarse en saber si alguien se encontrara despierto a esas altas horas de la noche y encontrara a la pequeña, salió disparada de regreso al auto.

-Bien, está hecho ¡Acelera!- La mujer fue recuperando el aliento conforme el auto avanzaba.

- Ese dinero y esa mansión serán nuestros, como debía ser desde un principio.

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Nat

SIN DIRECCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora