CAPITULO 19

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El juicio fue bastante agoviante, tenso con la mirada en mi de Eduar y con alguna de las imagenes de mis moratones y eridas que él mismo me causaba, ver aquello fue duro pero me mantuve firme, en cuanto a Andres...bueno el confesó que fue testigo de como me pegaba brutalmente aquel día.

La buena noticia de todo es que ganamos, a merecido la pena soportar estas 2 horas eternas en esa habitación.

Camino hasta el baño al final del pasillo para retocar mi maquilaje y respirar tranquilamente un momento a solas. Andres no a vuelto a decirme nada desde que se sentó y me susurró. Cierro la puerta tras mi y dejo sobre el lavamanos el bolso, cierro los ojos y respiro profundamente, abro los ojos y enjuago mi rostro con un poco de agua, tomo mi cabeza entre mis manos y me apollo sobre mis codos. Las voces de los demás se escuchan al final del pasillo haciendo eco, lo ignoro y rebusco en mi bolso el pequeño neceser -donde mierda lo e dejado...- maldigo rebuscando una y otra vez, suspiro. Me miro en el espejo un segundo, por acto reflejico descubro a Andres apoyado en la pared con las manos en los bolsillos de sus pantalones -pero que cojones...- me vuelvo sobre mis talones y ahí esta sonriendo como un gilipollas, en cuestion de milésimas mis mejillas arden, frunzo el ceño -¿Que haces aquí?  ¿acaso no has visto el cartelito donde dice "señoras"? - aparta la mirada y muerde su labio aguantando la risilla -perdoneme señora- un momento...- ¡Como que señora!- acelero mi paso hasta quedar justamente frente a el a tan solo unos centimetros de su rostro -se supone que este baño es para señoras...¿o no es usted una señora?- abro la boca en gesto de indignación y vuelvo hasta el lavamanos ha cojer mis cosas, al ver lo que estoy a punto de hacer cambia su rostro y se reincorpora, tensa su mandíbula -joder que era una puta broma- le enseño mi dedo corazón y cierro en sus narices la puerta -capullo...- e aprendido a ser más fuerte y dura, conmigo ya no van los jueguecitos de quinceañeros.

Al final no le vuelvo a ver más en el resto del día. Despejo mi mente con la brisa y el hermoso atardecer, ahora mismo estoy llena de lios por todas partes, como huviera deseado no haber nacido...pero por otra parte mi instinto me dice que esto solo a sido el principio de una historia que de a poco iré descubriendo y que merece la pena vivirla.

A las pocas horas de llegar a casa mi antigua compañera de trabajajo me llama para quedar en una discoteca del centro para celebrar que e llegado de nuevo y con una nueva vida.

Escojo unos pitillos blancos de tiro alto con una camisa de rayas blancas y azul y repaso mis labios de color rojo, por ultimo cepillo mi pelo y salgo de la habitación directa a la puerta para salir. El taxi que había pedido acababa de llegar cuando baje asi que no tarde nada en llegar y encontrar a Emma en la entrada de la discoteca rebosante de gente deseando de entrar. -Gracias- le entrego al conductor el dinero y salgo por la puerta, el taxi pronto desaparece y me acerco a Emma -hola- sonrío y al instante me abraza -te e hechado de menos, ¿cómo estas?- le devuelvo el abrazo y me separo de ella para mirarla a los ojos -yo a ti tambien, estoy bien pero necesito quitarme todo este estrés que llevo por dentro ¿porqué o entramos?- sonrio una vez más para no preocuparla demasiado y hace lo mismo pero esta vez asiente -por suerte tengo amigos socios del dueño, podemos entrar las primeras ¿no es genial?- la sigo y porfín entramos sin problemas al lugar, la gente salta y baila al ritmo de la musica que retumba por todas partes, huele a alcohol, perp no me molesta. En la barra el chico mira a mi compañera que ahora le esta pidiendo algo de beber, caigo en la cuenta de que no le e dicho lo que quería pero es demasiado tarde, parece haber pedido ron con coca-cola. -Bueno y ese chico del que me hablaste...- miro hacia abajo avergonzada lo que tan solo hace unas horas habia pasado, creo que fui un poco seca, no lo pense bien en ese momento, seguramente ya haya vuelto con esa estupida -si, bueno no estamos saliendo ni nada- me froto la sien -eso no a sonado muy bien ¿no me dijiste que te lo tiraste?- abro los ojos como platos y me sonrrojo -¿quieres hablar más flojo?- le susurro escondiendome de algunas miradas de los alrrededores, Emma rie a carcajadas -tranquila mujer, aquí nadie te conoce- me guiña un ojo y vuelve  reir, no se a tomado  ni una copa y ya esta pedo o eso creo...esta noche se va a hacer bastante larga.

YO SIEMPRE ESTARÉ AQUÍ© - Serie: Black bird (Pájaro Negro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora