III

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Baekhyun y yo estábamos tristes aquella tarde en el orfanato. Cuando nos adentramos en el bosque, como todos los días desde que nos conocimos, encontramos a nuestro pequeño cachorro muerto.

Baekie se sintió culpable porque esto parecía haber sucedido hacia poco tiempo y aquel día habíamos tardado más de lo normal. Él me había pedido ver las estrellas. Eso ya se había vuelto una costumbre entre nosotros y entre besos inocentes, cosquillas y risas perdimos cerca de una hora, encontrándonos luego con aquella horrible escena.

Pero él ya no tenía que preocuparse, ahora teníamos un perro, uno muy bonito que estaba seguro que a él le encanta al igual que a mí. El cachorro siempre está junto a mi abuela, viéndola tejer, perdido en cada puntada, acompañándola.

Baekhyun lloró desconsoladamente al ver a nuestro amiguito muerto en el suelo. Podía apostar cualquier cosa a que era obra de aquellos niños en el orfanato. Ellos me odiaban, ellos me envidiaban, querían a mi mascota y a Baekhyun.

Lo dejé llorar en mi hombro, abrazando su débil cuerpo con mis brazos. Fui fuerte, no lloré. Porque así son los hombres, ¿verdad? Yo tenía que cuidar de Baekhyun.

Todos los personajes de mis libros protegían a la mujer que les gustaba y a mi me gustaba Baek. Él quizás no era una chica pero era mi Baekhyun y yo lo quería de todos modos.

Observé los ojos de mí ahora esposo y pensar que tiempo atrás estos habían derramado muchas lágrimas por culpa de aquellos niños me partía el corazón, pero yo no iba a permitir que aquello volviera a suceder. Ahora podía cuidarlo de todo y no dejaría que nadie me venciera.

Cuando volvimos a nuestro cuarto Baekhyun aun no dejaba de llorar y las mujeres que nos cuidaban se hicieron cargo de él, llevándoselo lejos de mí.

Intenté evitarlo al oírlo llorar aun más fuerte pero me lo impidieron. Aquella fue una de las peores noches allí, me había acostumbrado al calor del pequeño. Baekhyun había tomado la costumbre de escabullirse y pedirme que lo abrazara durante las noches pero esta vez no había nadie junto a mí.

Decir que al día siguiente volví a ser feliz es poco. Al ver al pequeño en el jardín, ambos corrimos a encontrarnos, fundiéndonos en un abrazo y corriendo rápidamente hacia el bosque.

Pasamos la mayoría de la tarde allí y él me contó sobre los cuidados que recibió e incluso mencionó haberme extrañado en la noche pero se detuvo ante el sonido de ramas crujir una cabecita rubia no tardó en asomarse, mostrando una avergonzada sonrisa.

- Mi nombre es Sehun, hay unos niños que quieren golpearme y decidí esconderme aquí. ¿Puedo quedarme?

Ambos asentimos, haciéndole un espacio junto a nosotros. Pero al ver los ojitos de Baekhyun brillar ante la presencia de ese chico supe que este se convertiría en un gran problema y no iba a tolerar eso.

Fossoyeur ↪ ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora