Unidos Por Un Amor Imposible

CAP. 7 La cita.

Que es poesía? Dices mientras clavas en mi. tu pupila azul. Que es poesía? Y tu me lo preguntas? Poesía... Eres tu

Al final señalando hacia el público (mejor dicho, hacia Alex) tal vez hubiesen querido una respuesta más intelectual cómo la que había dado Ernesto, pero era un concurso de recitación no de intelecto así que decidí responder con Becquer. Y creo fue buena elección pues gane.

Después de darme el reconocimiento cómo el primer lugar, me reuní con Alex.

-Muy bien hecho, Rubí, eso fue, ¡excelente! Deberías sentirte orgullosa- sonreia Alex mientras se acercaba- Ahora deberíamos celebrar, pero ya casi sin las 7- dijo mientras miraba el reloj

-No te preocupes, avise que llegaría tarde - no dude pues eso de celebrar parecía buena idea, y estar más tiempo con Alex... Era lo que más quería

-¿Estas segura? ¿No habrá problema?- dijo dudando un poco

-No, ¿a donde vamos?- conteste convencida

-Conozco un lugar, confía en mi- sonrio y comenzó a caminar

-Confío más que en nadie- contesté con un hilo de voz, mas para mis adentros

Nos dirigimos a un restaurante, y con esa cálida atmósfera nocturna, al ir oscureciendo, todo se sentía como una cita. Al entrar noté varias miradas en nosotros, pero no le tome importancia, no iba a permitir que nada arruinará este día a lado de Alex.

La noche a su lado, fue encantadora, el era agradable, me hacia reír, jamás podría aburrirme de estar con él. El tiempo se nos fue volando, todo era fabuloso. Por fin, Alex pidió la cuenta, y el mesero se le ocurrió decir:

«Fue un placer atenderle a usted y a su hija»

Yo quería matar al mesero, después de todo lo bien que la estábamos pasando, como dos personas normales en una cita y él tenía que recordarnos que el tipo de relación que yo quería era algo imposible.

Al retirarnos, noté a Alex un poco más serio de lo normal, no obstante al darse cuenta que yo moría de frío, y al no tener un saco para dármelo y cubrirme del frío, sencillamente me rodeo con un brazo. Esa sensación de ser abrazada por Alex, borro todo el malestar previo que había sentido. No deseaba que acabara, y sin embargo llegamos al carro y tuvimos que separarnos. El transcurso de regreso fue rápido, nos despedimos con un beso en la mejilla y así acabo todo.

Al llegar a casa, me tumbe en mi cama, descubriendo en mi misma una fragancia, un olor a hombre, un olor a Alex, eso era sencillamente mas de lo que pude soñar algún día. Y así me quede rememorando todo lo ocurrido, y dormida. ¡Si, dormida y sin haberme cambiado! Al siguiente día desperté como Zombie, con la misma ropa y despeinada, pero nada me importaba, por la noche mi cerebro me había regalado sueños con Alex. Y eso me brindo una sensación de alegría porque al menos en sueños podría estar con él, olvidando que era imposible y sin la crítica de la gente.

Me levante, me duche y me dirigí a la escuela.

Después de platicar con Rose de todo lo ocurrido, frente a su cara de asombro, me encontré en la entrada con Alex.

-Hola Rubi, ¿cómo amaneciste?- preguntó con una sonrisa

-Muy bien, gracias y ¿usted?- el tutearlo me lo reservaría fuera de clases o cuando estuviéramos solos

-Bien, acompañame por favor, el director quiere verte- respondio y me cedió el paso como todo un caballero, me despedi de Rose y caminé
hacía la oficina del director, este era un hombre como de 65 años, intimidante, gordo, alto, y demasiado directo. Despues de tocar.

-Profesor Mata, pasen. Señorita Ruvalcaba, me entere que hizo un buen trabajo ayer, ¡Felicidades! Pero ahí no acaba todo, dentro de unos meses será el concurso a nivel nacional y usted ira de representante, así que este preparada, después le daremos las condiciones y la fecha. Eso es todo.

Y así salimos, como dije, era un hombre muy directo, y no perdía el tiempo, me despedí de Alex, y nos prometimos ver después en clase, el resto del día transcurrió tranquilo.

Los siguientes días fueron estresantes envueltos en exámenes, el único respiro que teníamos era la clase de literatura ya que Alex no era del tipo de poner exámenes, otra cosa más que me gustaba de él. Así qué, su calificación de fin de semestre consistía en un ensayo de algún libro o novela que nos gustara.