Nadie sabe lo que pasa con una persona cuando muere. Unos dicen que una vez muerto no hay nada más, pero hay otros que piensan que cuando una persona muera si esta ha hecho buenas acciones en su vida su alma se salva y en el caso contrario tan solo mueres. Mi hermana Sara era una de esas personas que creía en esto.
Ella era una niña de 6 años, risueña y muy alegre que siempre conseguía sacarte una sonrisa, pero como todos habéis visto dice “ERA”. Pues sí mi hermana está muerta. Murió hace ya dos años en un trágico accidente de coche del que yo, no sé si por suerte o desgracia, me salvé.
Digamos que ese día cuando ella se fue una parte de mí también lo hizo. Desde ese día le escribo cartas a mi hermana. No es porque esté loca y no sea capaz de asimilar que mi hermana está muerta, sino porque, aunque yo no lo crea, mi hermana creía en lo que he comentado antes de que algunas almas se salvaban, y si eso es verdad mi hermana seguro que lo hizo.
En las cartas le explico lo que me pasa, mis problemas, en definitiva le explico todo.
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Hola, esta es mi segunda novela y en fin espero que os guste.
Acepto criticas.
Comentad y votad porfavor. :)
