El día nueve de Diciembre de ese mismo año una madre soltera traía al mundo a su primer hijo. En la calle llovía abundantemente haciendo así que los gritos de dolor de la mujer fuesen amortiguados por esta.
Fueron muchas horas en paritorio. Sola, a la espera de su pequeño hijo. Pasada la media noche Choi Min Ho llego al mundo.
Un niño humano al que su padre había decidido no ver y dejar solo junto a su madre.
Choi Soo era una mujer de veintitrés años que había afrontado sin miedos la maternidad. Después de una relación de más de cinco años su prometido había cancelado los preparativos de boda y la había abandonado a tres meses de ir al altar por el echo de estar embarazada.
No se arrepentía en lo más mínimo de haber seguido adelante con su embarazo. Soo era una mujer fuerte, que había afrontado un cáncer y salido victoriosa y no permitiría que ni siquiera el que creía amor de su vida le impidiera ser madre.Fue llevabada a la planta alta una vez ella y su pequeño estuvieron bien.
No disponía del dinero necesario para un costoso hospital, más en su casa todo estaba listo para que a su hijo nada le faltase.
Al día siguiente miles de visitas llegaron inundando a madre e hijo de muchos más regalos y todo el apoyo que ella merecía.
Entre sus amigo, que no eran pocos, era considerada una mujer fuerte y valiente y aun más por como había afrontado toda esta situación.
No tendrían lujos, ni la cartera llena al terminar el mes pero eso sabia ella muy bien que jamás les seria un impedimento para ser muy felices y gracia a su pequeño tendría una razón de peso para luchar y salir adelante.