The Bill's Sister (Dipper Y Tú)

Capítulo 7

- ¿Qué planeo? ¿De qué está hablando? - Puse mi cara de inocente

- No juegues conmigo, puede que hayas logrado engañar a los demás, pero a mí no lo harás-

- Disculpe si hice algo que lo molestara, pero realmente no sé de qué está hablando -

- Bien, finje ahora, pero tarde o temprano la verdad siempre sale a la luz y cuando eso pase... - Se abrió la puerta de mi cuarto y entró Dipper.

- _______ vamos al techo, el cielo está hermoso esta n... - Miró a Stanford- ¿Tío Ford? ¿Qué haces aquí? - Preguntó confundido Dipper.

- Am... Dipper... -

- Sólo me daba la bienvenida en la cabaña, como él no había subido desde hace tiempo, pues me la da recién ... - Le sonreí nerviosa

- Oh, ya veo, am, ¿Sí saldremos? -

- Yo creo que mejor otro día niño, ella necesita descansar- Stanford pasó junto a Dipper y lo hizo salir de la habitación, Stanford fue el último en salir y me hizo una señal de que me estaría observando.

Cerró la puerta y yo me recosté en mi cama.

*Ah, Pacifica, de todas las personas a las que le pudiste decir, tenía que ser Stanford*

Cerré mis ojos y dormí.

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Pasó una semana y Stanford estuvo analizando cada movimiento que yo hacía, no podía acercarme a Dipper porque sino se daría cuenta de que yo no le correspondo.

Una noche estaba dormida cuando escuché un ruido en mi habitación.
Abrí los ojos y miré a mi alrededor.
Al mirar bien, Stanford se encontraba parado delante de mí con los diarios en la mano.
Me levanté tranquilamente de mi cama y me froté los ojos.

- Con que no tramabas nada ¿Qué hacen mis diarios en tu habitación? -

- Tómalos si quieres, ya tengo lo que quería -

Stanford buscó en las últimas páginas de sus diarios y vio que la información sobre mí, ya no se encontraba ahí.

-¡¿Dónde está la información sobre Hidden Demon?!-

Yo levanté una ceja y sonreí maliciosamente.

- Adivina -

- ¡Tú eres Hidden Demon! Pacifica tenía razón al desconfiar de tí -

- Ah, qué maravillosa es la vida con enemigos -

- Dame la información, si no quieres que...-

-¿Si no quiero qué? ¿Me tratarás de derrotar con el arma que traías en tu bolsillo? No no, ya sé - Sonreí burlonamente - Con el zodiaco, mira, te la doy si aceptas hacer un trato conmigo. - Estiré mi mano y de ella apareció un fuego verde, que a diferencia del azul de mi hermano, mi fuego hacía que si una persona me tendía una trampa, éste le torturaría por el resto de su vida, de una manera dolorosa.

- No, ya una vez hice un trato con Bill, y no lo haría con alguien más tramposa que él-

- De acuerdo, como digas Stanford, tarde o temprano tendrás que hacer un trato conmigo, y estaré esperando ansiosamente - Apagué mi fuego

Con mi poder, hice que él saliera de ahí y cerré la puerta.

Hermana, ¡Estás haciendo todo mal!

- Ya te había dicho que me dejes hacerlo a mi manera.

Ya te tardaste demasiado, ¿Sí te das cuenta que cuanto más tiempo pase más me debilito?

- ¿Crees que no? Aún que te trato de ayudar vienes y me reclamas, si tanto te molesta ven y hazlo tú.

Y tú deja de quejarte de mí y haz todo como te dije hace tiempo, deja de ganar enemigos y consigue aliados.

- Mira, me estás cansando, un sólo reclamo más tuyo y abandono tu patética venganza, a parte, yo trabajo mejor sola, no necesito a alguien que me pueda traicionar, prefiero traicionar yo.

Bien, sólo no te tardes.

Después de hablar con Bill, decidí salir de la cabaña e ir a la cueva que había encontrado, aquel portal que me llevaba a la sombra de mi dimensión.

Al recorrer todo el bosque, llegué a la cueva y entré.
El portal sí estaba ahí, caminé a través de él.
Pero esta vez no era mi dimensión, era la de Dipper.
Caminé por el pueblo y pude ver las almas inocentes de las personas.
La de linda Susan, la de la familia de Wendy, la de Tayler, y bueno hasta había bondad en la de Gideon.
Caminé observando cada cosa del pueblo, cada verdad de todo hasta que llegué a la cabaña.
No lo sé, no quería mirarlos, pero necesitaba hacerlo por si algo que me pudiera ayudar estaba ahí.
Entré y la primera que vi fue la de Mabel, alguien con tanto amor para dar, alguien tan inocente.
Siguieron las de Stanford y Stanley.
Quienes se querían pero habían tenido un pasado doloroso, peleas, soledad.
Soos, un alma noble, capaz de ayudar a otros.
Y depués vino la de Dipper, oh Dipper, pude ver lo preocupado que se sentía por su futuro, las veces que se había sacrificado por otros, su amor, su valentía, simplemente él era como todos los humanos, tenía miedo de enfrentar algo.

En la cabaña no había nada que pudiera ayudar a la venganza de Bill, pero sí me hizo preguntarme algo.

¿Valía la pena destruir esa familia, ese pueblo? ¿Valía la pena ilusionar a Dipper para después dejarlo?
Nada me había hecho dudar antes, me sentía extraña.
Sin duda alguna algo cambiaba dentro de mí.
Los Pines no eran como Bill me había dicho.
Se veía su amor.
Creo que después de todo ellos no merecían eso.
Pero...
Necesito hacerlo.

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Les agradecería si votaran, para saber si continuar la historia. (:
Gracias.